La hora del lobo: el cielo azul que enamora a los fotógrafos
El cielo nos muestra durante todo el día y toda la noche un mismo color, pero hay unos instantes de transición muy apreciados en el mundo de la fotografía: los minutos de la hora azul o del lobo.
El ser humano está siempre pendiente de lo que tiene encima de su cabeza. Es algo que no podemos controlar y que llevamos en nuestros genes. Cuando entramos en un sitio cerrado que no conocemos, lo primero que hacemos, en un acto casi reflejo, es mirar el techo. ¿Por qué? Para comprobar si es un lugar seguro.
Con el cielo nos pasa una cosa parecida. Cuando salimos de nuestros domicilios, la mayoría de veces sin darnos cuenta, levantamos la vista y miramos qué cielo hay. En este caso ya no solo por seguridad, sino para saber el tiempo que hará. Dependiendo de lo visto, abrimos el paraguas, nos ponemos la chaqueta, o bien volvemos a casa para cambiarnos de ropa.
Sea lo que sea, el cielo es algo importante en nuestras vidas. Dependemos de él en muchos sentidos. Y cómo no, más que nunca hoy en día, nos gusta fotografiarlo. No hay cosa más bella que un cielo bonito. Y una de las luces más apreciadas, y a la vez poco conocidas, tiene lugar justo antes del amanecer y después del atardecer.
La hora azul
Si le preguntamos a alguien qué momento del día prefiere para fotografiar el cielo, seguramente nos dirá que el amanecer o el atardecer. Básicamente por los colores cálidos que adquiere. Y en especial, en los meses más fríos, que es cuando los colores son más intensos por la baja altura del sol. Un fotógrafo quizá no nos responda lo mismo.
Hace unos meses, nuestra compañera Maider Rodríguez nos ilustró en este artículo por qué se dan los colores del cielo. Es el fenómeno óptico conocido como la dispersión de Rayleigh el que hace que veamos el cielo azul. A lo largo de todo el día vemos básicamente el mismo tono. Pero... ¿y la hora azul o del lobo?
Nos tenemos que esperar un poco. Una vez el sol se ha puesto y el cielo deja de tener los tonos rojos, naranjas o amarillos, el cielo se oscurece con un azul especial. Este color azul oscuro dura pocos minutos. Queda cierto resplandor del día, pero también es en parte de noche. Las fotografías que salen a estas horas son espectaculares porque se logra captar un cielo oscuro, pero a la vez, aún queda luz que lo ilumina todo.
Estamos hablando de después del atardecer, pero pasa exactamente lo mismo antes del amanecer. Lo que ocurre es que a esa hora la mayoría estamos durmiendo. En cambio, después del atardecer todos solemos estar despiertos.
Entre perro y lobo
La hora azul u hora del lobo tiene su origen en el idioma francés. El concepto heure bleue aparecía ya en la literatura francesa del siglo XIII como la hora entre chien et loup, que traducido es entre perro y lobo. Es esa hora del día en el que la aparición de la oscuridad ya no permite distinguir un perro de un lobo y que da inicio a la noche. Por eso se llama de esta manera.
Muchas representaciones de los lobos tienen este azul oscuro tan especial como protagonista. Otros, como no, la luna llena.