Esta foto increíble esconde un gran e inusual mínimo solar
Esta foto de Rainee Colacurcio ha dado la vuelta al mundo. Por captar la Estación Espacial Internacional, sí, pero a nivel científico es muy significativa: el Sol no muestra ni una mancha solar.
Cualquiera de nosotros podría reconocer unas cuantas fotos que apuntalaron e incluso cambiaron la historia. La explosión del dirigible Hindenburg en el año 1937, el beso en Times Square tras la II Guerra Mundial o ‘Earthrise’ del astronauta William Anders, con la vista de la Tierra desde la Luna a finales del año 1968. La captura de Rainee Colacurcio, que abre esta noticia, podría ser una de ellas en un futuro próximo. De momento ya ha logrado captar el interés de muchos medios de comunicación sobre el Sol. Se trata de una fotografía insólita, ya no por la presencia de la Estación Espacial Internacional -abajo a la izquierda-, sino por la ‘limpieza’ del astro rey. La NASA ha salido al paso: “por razones aún no entendidas completamente, el número de manchas solares ocurridas en el actual mínimo solar viene siendo inusualmente bajo”.
La actividad solar ha ido decayendo en los últimos 5 años, tras el máximo alcanzado en 2014. Esto entra dentro del comportamiento natural y cíclico del Sol, que depara dos picos opuestos de intensidad en lapsos de once años, casi como un reloj. Sin embargo, los expertos han venido observando que en los últimos mínimos el astro rey prácticamente no ha mostrado manchas y, ahora, empiezan a tener evidencias de que el actual podría no remontar hasta dentro de tres décadas, concretamente hasta el año 2055. Algo similar a lo que ocurrió entre 1645 y 1715 con el mínimo de Maunder, que coincidió con el tramo más frío de la Pequeña Edad de Hielo (PHE).
A finales del mes de junio, la Universidad de Northumbria publicó un estudio en Nature que compara las actuales pautas que está mostrando el Sol con las acontecidas en el siglo XVII, y concuerdan. Por eso no dudan en pronosticar “un mínimo moderno similar a Maunder” de cara a las próximas décadas, empezando ya en 2020. Los autores de la investigación han encontrado “semejanzas notables” entre los patrones de las manchas solares vistas recientemente y los que fueron antesala de los mínimos de Maunder, Wolf (1600), Oort (1010-1050) y Homer (800-900 aC).
Los mínimos solares normales tienen una influencia insignificante en la dinámica climática, pero cuando son más largos, y abarcan varias décadas, sí pueden inducir períodos algo más fríos y convulsos, como sucedió en la PEH. En aquellas décadas ‘glaciales’ Europa se tuvo que enfrentar a olas de frío intensas, grandes nevadas, lluvias torrenciales y sequías, en un devenir frenético. Si se cumpliera ese escenario la foto de Colacurcio marcaría época. No obstante, los expertos creen que esto es poco probable debido a la inercia de calentamiento global -bastante tenemos con él-. Consideran que podría frenarse el ascenso de temperaturas de forma transitoria para después continuar con su particular escalada... pero hay cierta incertidumbre.