Este es el país europeo que se puede cruzar caminando en un día (y no es el Vaticano)
Este diminuto país de apenas 25 kilómetros de largo es un paraíso escondido en el corazón de Europa: los paisajes son impresionantes y se puede recorrer en un día.
Entre la frontera de Suiza y Austria existe un país soberano de sólo 160 km cuadrados que tranquilamente se puede recorrer a pie en un día. Hablamos de Liechtenstein: su territorio, delimitado por el río Rin, praderas y montañas, tiene solamente 25 km de largo por 12,5 km de ancho. Una superficie perfectamente transitable para cualquier persona acostumbrada a caminar.
Oficialmente llamado Principado de Liechtenstein, es un país sin litoral. De hecho, junto con Uzbekistán, son los dos únicos países del mundo aislados “dos veces” del mar: para llegar a alguna costa desde Liechtenstein hay que atravesar al menos dos fronteras nacionales. Así de escondido está.
Solo es posible llegar a esta gema mediterránea en tren, en coche o en autobús. El país no cuenta con aeropuertos. Los más cercanos son los aeropuertos regionales de Innsbruck, en Austria, y de Engadina, en Suiza.
Liechtenstein tiene unos 38000 habitantes, distribuidos en municipios que parecen salidos de cuentos de hadas. Praderas, cultivos, granjas y graneros sobre una llanura verde rutilante. Y también hay castillos sobre acantilados, casas de colores con techos a dos aguas, plazas y campanarios.
Estos paisajes se pueden recorrer caminando. Liechtenstein es un lugar ideal para hacer senderismo. Sus senderos alcanzan 400 km que recorren el interior del país y son mantenidos por la Asociación Alpina de Liechtenstein (LAA).
También se puede recorrer de punta a punta en bicicleta, por la ruta E43 que va paralela al Rin y tiene carriles especiales para ciclistas. Allí, a cada tramo, hay puentes que funcionan como pasos fronterizos con Suiza. Este recorrido lleva unas dos horas pedaleando a ritmo tranquilo.
Ciudades para seguir el paseo
La capital es Vaduz , de 5000 habitantes. Allí destaca el histórico castillo de Vaduz, un palacio medieval enclavado en la cima de la montaña, donde aún reside la familia real, encabezada por Juan Adán II de Liechtenstein.
El centro comercial de la ciudad tiene bares, negocios, hoteles, iglesias y galerías de arte. También aquí se encuentra el famoso Museo Postal, que cada año atrae a filatelistas de todo el mundo. Tanto es así que la venta de sellos representa uno de los mayores ingresos del país.
Además, en la ciudad de Schaan , a tono con el paisaje que envuelve al país, se encuentra el Museo del Esquí, que recorre la historia del deporte en una de las zonas más populares del mundo para esta práctica.
Liechtenstein, junto con Mónaco, Andorra, Malta, Vaticano y San Marino son los conocidos como microestados europeos, pequeños estados soberanos reconocidos por los Estados más grandes, y que, en algunos aspectos, dependen de ellos. Por ejemplo, en la defensa nacional: Liechtenstein no tiene fuerzas armadas, y su defensa está en manos de Suiza.
A pesar de ser el sexto país más pequeño del mundo, ocupa el segundo lugar en el ranking de PBI per cápita. Es un país muy rico, posiblemente porque fue un paraíso fiscal durante décadas. Aunque el alemán es el idioma oficial, sus habitantes hablan el llamado alemán de Liechtenstein, y muchos hablan inglés y francés.