Esta calabaza generadora de electricidad podría ser la fuente de energía del futuro
¿Es la flexoelectricidad una solución para el futuro? Este sorprendente fenómeno físico se observa en la calabaza esponja, también conocida como luffa o estropajo, que podría producir energía suficiente para alimentar pequeños aparatos eléctricos.
Puede parecer un pepino, ¡pero no! La calabaza esponja, también conocida como luffa o estropajo, podría ser una fuente de electricidad verde y, por tanto, del futuro, según algunos científicos. En un principio, podría utilizarse para alimentar pequeños aparatos eléctricos. Sin embargo, otros se muestran escépticos sobre su eficacia.
Una calabaza que se ilumina
Esta calabaza esponjosa de la familia de las cucurbitáceas ya se utiliza como alternativa natural y ecológica a la esponja tradicional, gracias a su textura fibrosa, obtenida tras el secado. También se utiliza por sus propiedades exfoliantes de la piel. Se cultiva en África y Asia, sobre todo en las cuencas tropicales y subtropicales, porque necesita calor para florecer.
Según investigadores chinos, cuyo estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), esta planta también tiene virtudes insospechadas: podría producir electricidad verde, gracias al proceso de compresión de la esponja que constituye.
¿Cómo lo han conseguido? Sencillamente, extrayendo los polímeros presentes en su estructura: prensando entonces una porción de esponja de unos milímetros de grosor y colocándola en un circuito eléctrico, se generó electricidad en seis lámparas LED. Un fenómeno físico conocido como flexoelectricidad: suficiente para alimentar pequeños aparatos eléctricos de uso cotidiano.
Algunos científicos se muestran escépticos
El autor principal del estudio, Jianxiang Wang, se muestra orgulloso de estos efectos prometedores y mira a futuro: "Si es posible fabricar un estropajo artificial o artificial imitando la microestructura y sus propiedades químicas y físicas, sería posible aumentar la cantidad de electricidad generada".
Sin embargo, aún no es suficiente para recargar la batería de un teléfono móvil: para eso se necesitaría "un trozo de esponja vegetal más grande", reconoció. Así que, de momento, la aplicación de esta tecnología parece bastante limitada. De hecho, algunos miembros de la comunidad científica ya se muestran escépticos, alegando un "impacto tecnológico infinitesimal".
Sin embargo, los resultados de estas investigaciones son prometedores, ya que demuestran hasta qué punto nuestro entorno y nuestro planeta están llenos de soluciones capaces de darnos ideas para nuestra necesaria transición energética. Y aunque no terminemos utilizando la calabaza esponja como fuente de energía limpia, ¡nada nos impide seguir limpiándonos la piel e incluso los platos con ella!