¿Es el calor extremo una amenaza real para los conciertos y otros grandes eventos multitudinarios?
Un concierto de Taylor Swift en Rio de Janeiro acabó en tragedia. Las temperaturas extremas provocadas por una intensa ola de calor tuvieron la culpa. ¿Se están volviendo más habituales estos episodios?
El pasado 17 de noviembre, la cantante Taylor Swift protagonizó un multitudinario concierto en Rio de Janeiro (Brasil). El evento se celebró en mitad de una intensa ola de calor, con temperaturas de más de 40 ºC. Como resultado, varios asistentes sufrieron desmayos y hubo que lamentar una víctima mortal. Clara Benevides Machado, de 23 años, perdió la vida ese día tras sufrir un infarto durante el concierto, tras haber permanecido más de ocho horas en el recinto.
Calor mortal en conciertos, ¿podría haberse evitado?
La muerte de Ana Clara, ha abierto un debate sobre si los promotores de estos conciertos deberían cancelar eventos en condiciones meteorológicas adversas. Los fans aseguran que no estaba permitido entrar al recinto con botellas de agua, incluso con esas temperaturas. El día siguiente (18 de noviembre) el segundo concierto de Taylor Swift fue cancelado por la tarde, pero no evitó las largas esperas a las afueras del estadio, a pleno sol.
En Chile, el festival de música de Lollapalooza sufrió los embates de una ola de calor el pasado mes de marzo. Varios conciertos fueron cancelados tras registrarse múltiples desmayos entre los asistentes. Ello lleva a pensar que las temperaturas extremas podrían interferir gravemente con eventos al aire libre, pudiendo llegar a ser peligrosos.
Unos episodios que van en aumento en España
A medida que el clima se calienta, los extremos cálidos no solo se vuelven más frecuentes, sino que está aumentando su intensidad. En las últimas cuatro décadas, la temperatura media de las masas de aire sobre la península ibérica ha aumentado en 1,3 ºC. Este valor se obtiene analizando las temperaturas a unos 1500 metros y se recogió en un estudio realizado por José Ángel Núñez, meteorólogo de (AEMET).
Esto se debe, en parte, a la recurrencia de masas de aire extremadamente cálidas con valores de récord sobre la península. Estas masas de aire no necesariamente tienen que venir de África, ya que la península en verano puede calentarse como una sartén, generando su propio calor. La subsidencia (descensos de aire en los anticiclones) y la escasa renovación del aire, son otros potentes mecanismos de calentamiento.
El calor húmedo es especialmente peligroso porque interrumpe los procesos biológicos de regulación de la temperatura corporal. El sudor es el más efectivo, al evaporarse, baja la temperatura del cuerpo. En condiciones de humedad elevada, hay menor evaporación y la temperatura no baja lo que puede desembocar en un cuadro de deshidratación.
Temperaturas nunca registradas
Tan solo hace dos años, España batió su récord absoluto de calor registrado mediante una estación meteorológica fiable. El 14 de agosto de 2021, una garita de la AEMET, registró 47,6 ºC en Montoro (Córdoba). Cabe recordar que esta temperatura fue medida a la sombra y en unas condiciones específicas, como dictan los estándares de la Organización Mundial de la Meteorología.
Estos escenarios climáticos y las previsiones meteorológicas deben tenerse en cuenta a la hora de organizar estos eventos masivos a fin de evitar futuras desgracias. La adaptación contra el calor extremo no es un objetivo a corto plazo, sino una realidad a tratar de forma inmediata.