¿Qué es la energía agrovoltaica? Placas solares entre brócoli y viñedos
La agricultura tradicional se adapta al siglo XXI y convive con energías renovables. No te pierdas la última revolución en el sector: agrovoltaica, la nueva forma de cultivar bajo paneles solares.
No es una novedad que el cambio climático está provocando modificaciones en nuestro entorno: ascenso de temperaturas, modificaciones en los patrones de precipitaciones, mayor frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos… Una realidad que afecta y perjudica negativamente a la producción de alimentos y amenaza a la seguridad alimentaria.
A su vez, las propias actividades agropecuarias contribuyen al cambio climático a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. En total, el IPCC, calcula que la agricultura contribuye en un 14% en las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Entonces, ¿las actividades que realiza el sector de la agricultura afectan al planeta y éste a su propia producción? Sí, has entendido bien… Los esfuerzos para erradicar este situación tan problemática, se focalizan en una agricultura sostenible que, combinado con energías renovables, da lugar a un nuevo e innovador sistema: la agrovoltaica.
¿Pueden los cultivos crecer mejor bajo los paneles solares?
La agricultura agrovoltaica es la práctica de cultivar debajo de paneles solares. Esta nueva técnica permite producir más alimentos, y al mismo tiempo, aumenta la eficiencia del uso de la tierra, permitiendo que la energía fotovoltaica y la agricultura compartan terreno sin tener que luchar por el mismo espacio.
Generalmente, las placas solares se instalan con sistemas de soportes fijos para elevarlas entre dos y cinco metros por encima del terreno de cultivo y se asientan con un ángulo de 30 grados, proporcionando sombra y ofreciendo la protección ante las inclemencias del tiempo.
Ventajas de la agrovoltaica
Aparte de los ya nombrados anteriormente, la protección frente fenómenos atmosféricos (granizo o inundaciones) o dar cobijo frente al Sol, es muy beneficioso para el suelo agrario porque disminuye la evaporación y, además, reduce los gases de efecto invernadero.
El principal beneficio de la agrovoltaica es el doble uso del terreno para la agricultura y la energía, aliviando la presión sobre los ecosistemas y la biodiversidad.
En zonas de altas temperaturas, el hecho de que haya vegetación bajo los paneles solares permite que los paneles no se recalienten tanto y ofrezcan una eficiencia mayor.
Incluso, si no fuera posible instalarlos en campo abierto, se pueden agregar paneles solares a los invernaderos. Según los últimos datos la agricultura basada en invernadero produce 10 veces más alimentos que el cultivo en un campo abierto, pero puede requerir 10 veces más energía que podría ser solventada por la fotovoltaica.
El uso de energía agrovoltaica en España
En España, la existencia de proyectos de agrovoltaica es casi inexistente. La razón principal, según expertos del sector, es la falta de claridad de las administraciones públicas en reconocer y crear una legislación sólida alrededor de estos planes. Esta ausencia de legislación clara y concisa no permite la existencia de una línea de ayudas que permitan el desarrollo de la agrovoltaica en nuestro país.
A pesar de todos estos problemas, actualmente en España podemos encontrar proyectos pilotos sobre todo en viñedos, campos de manzanas, melones y en plataneras. Un ejemplo de ellos se encuentra en Toledo, en los viñedos de González Byass, instalado por el grupo Iberdrola a finales del pasado año. Los paneles solares colocados en el viñedo toledano se moverán automáticamente teniendo en cuenta la humedad de la tierra o la radiación solar.
La intención de muchos agricultores está ahí, pero el desarrollo e impulso por parte de la administración de momento no ha comparecido . Esperemos que los proyectos pilotos ayuden a despertar a la administración y pronto podamos ver muchos proyectos como este.