El vino más antiguo del mundo: unos arqueólogos descubren una jarra romana de más de 2000 años de antigüedad en España

En una tumba romana de Carmona se ha descubierto un vino blanco de más de 2000 años de antigüedad, lo que lo convierte en el más antiguo jamás hallado. La bebida se conservaba en una urna de cristal.

Vino más antiguo del mundo
Una urna de cristal que contiene un vino blanco de más de 2000 años de antigüedad, descubierta en una tumba romana de Carmona. El vino es actualmente el más antiguo jamás encontrado.

Hispana, Senicio y otras cuatro personas (dos hombres y dos mujeres, cuyos nombres se desconocen) descansaban plácidamente en una tumba romana situada en Carmona (Sevilla), hasta que fue descubierta en 2019. Nunca hubieran imaginado que se darían a conocer 2000 años después, por un motivo completamente distinto al de sus muertes.

Uno de los hombres de esta tumba estaba sumergido en una urna de cristal junto con un líquido, y la vasija se conserva desde el siglo I d.C. Ahora, un equipo del Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la ciudad de Carmona, ha identificado este líquido como el vino más antiguo jamás descubierto.

El vino descubierto es incluso más antiguo que la botella de vino de Speyer, del siglo IV d.C., conservada en el Museo Histórico del Palatinado (Alemania).

Los arqueólogos quedaron muy sorprendidos por la conservación del líquido. A pesar de haber transcurrido 2000 años, las condiciones de conservación de la tumba eran extraordinarias. Permaneció intacta y bien sellada, lo que permitió que el vino mantuviera su estado natural.

Cómo descubrieron los científicos que el líquido era en realidad vino

El reto consistía en confirmar que el líquido rojizo era realmente vino y no cualquier otro líquido que había perdido sus características originales. Para ello, se realizaron análisis químicos en el Servicio Central de Apoyo a la Investigación (SCAI) de la UCO.

Los investigadores estudiaron el pH, la ausencia de materia orgánica, las sales minerales y la presencia de otros compuestos químicos relacionados con el vidrio o los huesos de la urna. Después lo compararon con vinos actuales y hallaron pruebas de que el líquido era, de hecho, vino.

Entrada a la tumba situada en Carmona, donde Hispana, Senicio y otras cuatro personas de nombre desconocido fueron enterrados tras su muerte, y donde se encontró el vino.

La identificación clave estuvo en los polifenoles, biomarcadores presentes en todos los vinos. Utilizando una técnica capaz de identificar estos compuestos en pequeñas cantidades, los científicos hallaron siete polifenoles específicos también presentes en los vinos de Montilla-Moriles, Jerez y Sanlúcar.

La ausencia de ácido siríngico sugiere que el vino era blanco, aunque esta conclusión es incierta - la ausencia de este ácido también podría explicarse por la degradación con el paso del tiempo.

Determinar el origen del vino es mucho más difícil, ya que no existen muestras de la misma época para comparar. Aun así, las sales minerales del líquido de la tumba concuerdan con los vinos blancos que se producen actualmente en el territorio de la antigua provincia de Betis, en España.

La urna perteneciente a uno de los hombres contenía vino y un anillo de oro, mientras que otra, perteneciente a una mujer, contenía joyas de ámbar, un frasco de perfume y retazos de tela.

El hecho de que los huesos del hombre estén sumergidos en vino no es una coincidencia. En la antigua Roma, las mujeres tenían prohibido beber vino. Las dos urnas de cristal de la tumba de Carmona ilustran las divisiones de género de la sociedad romana en sus rituales funerarios.

Mientras que los huesos del hombre estaban sumergidos en vino con un anillo de oro, la urna que contenía los restos de la mujer contenía joyas de ámbar, un frasco de perfume y retazos de tela, probablemente seda.

El vino, así como los anillos, el perfume y otros elementos debían acompañar al difunto en su viaje al más allá. En la antigua Roma, la muerte tenía un significado especial y la gente quería ser recordada.

La tumba, un mausoleo circular que probablemente perteneció a una familia adinerada, estaba situada cerca de la importante carretera entre Carmo e Hispalis (Sevilla). A pesar de las circunstancias, dos mil años después, Hispana, Senicio y sus cuatro compañeros sí fueron recordados por el mundo.

Referencia de la noticia:
Daniel Cosano, Juan Manuel Román, Dolores Esquivel, Fernando Lafont, José Rafael Ruiz Arrebola. New archaeochemical insights into Roman wine from Baetica. Journal of Archaeological Science: Reports, vol. 57, 2024.