Descubre el sorprendente secreto que esconden los higos
Aunque popularmente se cree que es una fruta, el higo es en realidad una flor invertida. Pero te vas a asombrar cuando sepas cómo se reproducen. ¿Quieres saber mas? Aquí desvelamos el secreto.
Un higo no es una fruta cualquiera. De hecho, ni siquiera es una fruta, es una inflorescencia, o dicho de manera sencilla, una flor invertida. Las higueras no florecen de la misma manera que otros frutales, como los almendros o los cerezos.
Los higos tienen una historia muy curiosa. Además de no ser una fruta, necesitan el "sacrificio" de una avispa para reproducirse, un insecto que muere dentro del higo. Cuando el insecto entra en un higo hembra, pierde las alas y muere dentro sin dejar sus huevos.
La relación recíproca que existe entre la higuera y la avispa de los higos es una de las más fascinantes de la naturaleza. Ambos tienen su existencia tan entrelazada que uno no puede existir sin el otro. Donde no hay avispas de la higuera las higueras no se reproducen y viceversa.
El ciclo de reproducción de las avispas de la higuera sólo se produce en el interior de los higos. A lo largo de decenas de millones de años de evolución, los higos se han modificado tanto por la interacción con estos insectos que ahora se confunden con la fruta.
Pero los higos no son frutas, son cáscaras que contienen en su interior cientos de diminutas flores que producen semillas internamente, gracias a la labor de polinización que realizan las avispas.
Estos insectos llevan su material genético y le permiten reproducirse. Por su parte, las avispas no podrían vivir sin higos, ya que depositan sus larvas en el interior de la fruta. Esta relación se conoce como simbiosis o mutualismo.
Avispa-higo, una relación muy singular
En general, la polinización de las flores es una consecuencia de la búsqueda de alimento por parte de los animales. En este caso, la relación higo-avispa es algo más compleja. Como el higo es el único sustrato en el que las avispas ponen sus huevos, una vez dentro del mismo, los descendientes de la avispa "fundadora" colocan el aguijón bajo el estilete para poner el huevo.
Mientras tanto, la "fundadora" esparce el polen que trajo de la higuera donde nació, fecunda las flores femeninas y garantiza la producción de frutos y semillas y, en consecuencia, la supervivencia de las higueras. Una vez completada la polinización, el higo empieza a madurar y a cambiar de color. Una vez alcanzada la madurez, las avispas hembras abandonan el fruto del higo en el que han criado y salen en busca de higueras para polinizar.
Debido a su corta vida y al largo viaje para encontrar un árbol, sólo unas pocas avispas pueden polinizar una higuera. Las hembras reconocen una higuera lista para la polinización por la señal química que liberan los árboles.
Para llegar a la flor, la avispa necesita entrar en el poro de la fruta y alcanzar su cavidad. Estas avispas se llaman "avispas de los higos" porque son las únicas capaces de polinizar la fruta. Pertenecen a la familia de los agaónidos.
Aunque esta relación simbiótica se considere algo repugnante y tal vez tétrica, hay que recordar que es necesaria para la supervivencia de ambas especies y para que este ciclo de la cadena alimentaria no se termine.
Los polinizadores están disminuyendo
Sin los polinizadores, la mayoría de las plantas autóctonas y cultivadas que comemos no sobrevivirían. El número de polinizadores está disminuyendo en todo el mundo y este descenso supone una amenaza para la biodiversidad, la salud y la nutrición humana.
Las principales causas de este declive son el uso indiscriminado de pesticidas y herbicidas, la existencia de especies invasoras, la pérdida y fragmentación de los entornos naturales y la degradación del medio ambiente.
Estos factores reducen tanto el número de especies de plantas con flores, que son fuentes de alimento para los polinizadores, como el número de lugares disponibles para la reproducción, el refugio y la migración de los polinizadores. Pero se ha empezado a observar una amenaza silenciosa: el cambio climático.
El cambio climático, una gran amenaza
Se espera que el cambio climático disminuya drásticamente el número de lugares adecuados para la supervivencia de los polinizadores más importantes para el mantenimiento de los ecosistemas naturales.
Según un artículo publicado en la revista científica PLOS ONE, las unidades de conservación no podrán contener esta reducción. Los lugares que solían satisfacer las necesidades de los polinizadores empiezan a ser inhabitables a medida que aumentan las temperaturas y las lluvias se vuelven más imprevisibles e irregulares.
Lo que la mayoría de la gente no entiende es que la desaparición de polinizadores supone una pérdida económica en la agricultura, la silvicultura y provoca un desequilibrio en la naturaleza.
Varios estudios ya han demostrado la importancia de la existencia de un hábitat natural dentro de las propiedades privadas para garantizar e incluso aumentar la producción agrícola. Sin embargo, el cumplimiento de la legislación medioambiental sobre la protección de la vegetación autóctona es una cuestión de seguridad alimentaria y del agua, ya que la mayoría de los polinizadores garantizan y aumentan nuestra producción de alimentos.