El "Ojo del Sáhara": imagen de la NASA abre nuevos debates sobre su origen
Sube en tu "alfombra mágica" para viajar al desierto del Sáhara. Esta vez visitaremos una espectacular estructura de la naturaleza que no deja de sorprender a los científicos. ¡Acompáñanos en este fascinante viaje!
¡Y al principio se creía que era la huella del impacto de un meteorito!, como ha ocurrido en otros lugares de nuestro planeta. Esta característica circular prominente, conocida como la Estructura Richat u "Ojo del Sáhara", se encuentra en dicho desierto. Concretamente cerca de Uadane (Mauritania).
Considerando la información de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de los Estados Unidos, a menudo es observada por los astronautas por su llamativa forma de diana. Su ancho ronda los cincuenta kilómetros.
Si bien al comienzo se confundió con un posible cráter de impacto, ahora se sabe que es un anticlinal circular erosionado de rocas sedimentarias en capas. Es decir, es una vasta cúpula estructural que nos ha regalado la naturaleza.
Geografía y clima: la fantástica receta
Desde la NASA, destacan cómo el campo de dunas termina abruptamente cerca de los acantilados en el extremo derecho. Esto ocurre cuando el viento del noreste, aparentemente, se canaliza alrededor de la punta del acantilado, barriendo áreas limpias cerca de su base.
Además, desde la NASA ponen en evidencia la pequeña cima aislada dentro del campo de dunas. Esa cima es capaz de capturar algo de arena en su lado de barlovento (dirección desde donde viene el viento cuando existe un cerro). Sin embargo, principalmente desvía el viento y la arena alrededor de sus laderas, creando una franja de arena estéril que continúa a favor del viento.
La hermosa fotografía de la NASA (arriba), se generó a partir de una imagen del satélite LandSat. La vista utiliza una exageración vertical de seis veces para mejorar en gran medida la expresión topográfica. Para la escala vertical, es necesario tener en cuenta que la altura de la "cresta" en el centro posterior es de unos 285 metros.
Por su parte, los colores de la escena se mejoraron mediante el uso de una combinación de bandas visibles e infrarrojas para ayudar a diferenciar el lecho rocoso (colores marrones), la arena (blanco y amarillo), la vegetación menor en los canales de drenaje (verde) y los sedimentos salados (azul claro). Sumado a ello, se incluyeron algunas sombras del modelo de elevación para resaltar aún más las características topográficas.
Nadie cuida lo que no conoce. Por eso la ciencia es tan relevante cuando se requiere buscar maneras para cuidar nuestro planeta. Mientras más admiremos los nuevos descubrimientos, más abierta estará nuestra mente a ideas que nos conduzcan al verdadero desarrollo sostenible de la Tierra; eso nos incluye como humanidad.