El hombre que sobrevivió a siete rayos
Cada año mueren en el mundo 6.000 personas por culpa del alcance de un rayo. Afortunadamente algunas han podido sobrevivir al impacto de uno de ellos. Un guardabosques estadounidense lo hizo hasta en siete ocasiones, y no fue un rayo lo que consiguió acabar con su vida.
El rayo es uno de los fenómenos más espectaculares que nos brinda la naturaleza. El gran destello que producen y su posterior trueno siempre logran llamar la atención, provocando la mayoría de veces respeto y miedo. Para los que amamos la meteorología, representa una gran oportunidad para contemplar hasta dónde puede llegar el poder de la atmósfera.
Todos somos conocedores de su peligrosidad. Con casi 30 millones de voltios y alcanzando una temperatura que puede superar los 20.000 grados centígrados, sufrir un impacto suele ser mortal. ¿Siempre es así? La respuesta es no. Todos hemos leído alguna vez la historia de alguien que ha sobrevivido al impacto de un rayo, pero pocos pueden decir que han sobrevivido al impacto de siete. Nuestro hombre es Roy Cleveland Sullivan, un guardabosques del Parque nacional de Shenandoah de Virginia, Estados Unidos.
Una vida de Récord Guinness
La historia del famoso guardabosques se ganó un sitio en el Guinness World Records por haber sido la persona que ha sobrevivido a más impactos de rayos. Según el famoso libro, estas fueron las consecuencias de cada uno de los impactos:
- 1942: perdió el dedo gordo de un pie.
- 1969: perdió las cejas.
- Julio de 1970: se quemó el hombro.
- 16 de abril de 1972: se quemó el cabello.
- 7 de agosto de 1973: se quemó las piernas y de nuevo el cabello.
- 5 de junio de 1976: se lesionó el tobillo.
- 25 de junio de 1977: se quemó el pecho y el estómago.
Con un trabajo al aire libre en un parque nacional, su exposición a las tormentas era permanente, a la par que su mala suerte. Hay una probabilidad de 1 entre 3.000.000 de ser alcanzando por un rayo.
El cuerpo humano como conductor eléctrico
Seguro que de pequeño te llevaste algún susto al poner los dedos en un enchufe de casa. En ese caso, unos 220 voltios consiguieron recorrer tu cuerpo y lo resististe perfectamente, con la consecuente llorera. Algo más suave habrás notado si has cogido una pila pequeña y te la has puesto en la lengua para notar el cosquilleo que generan sus 1,5 voltios. Son pruebas de que el cuerpo humano es conductor de la electricidad, quizá no tan perfecto como un metal como el cobre, pero la corriente eléctrica puede pasar por nosotros sin ningún problema. El hecho de estar formados por aproximadamente un 70% de agua ionizada nos convierte en conductores eléctricos.
Todo se complica cuando voltaje que nos afecta llega a los 30 millones de voltios, como por ejemplo en la descarga de un rayo. Las lesiones internas y externas que produce por quemaduras suelen ser mortales.
Lo que la naturaleza no pudo conseguir a base de impactos de rayos, acabar con su vida, lo hizo el amor. En septiembre de 1983 Roy Cleveland Sullivan se suicidó a causa de un desengaño amoroso.