El encanto poético de los cirros, las nubes de hielo que iluminan amaneceres y atardeceres

Los cirros son nubes altas y delgadas formadas por finísimas agujas de hielo, que se caracterizan por unas franjas moteadas filamentosas o blancas. Son de las nubes más fascinantes de observar, especialmente durante los amaneceres y atardeceres.

Nubes cirros
Los cirros son nubes altas y delgadas, formadas por finísimas agujas de hielo, que se caracterizan por unas franjas moteadas filamentosas o blancas.

Los cirros son nubes altas y delgadas formadas por finísimas agujas de hielo, caracterizadas por vetas filamentosas o manchas blancas. Son sin duda unas de las nubes más fascinantes, responsables de los fenómenos de halo alrededor del sol o la luna.

Estas nubes suelen aparecer en grupos y tienen un aspecto deshilachado. En meteorología se conocen con el símbolo Ci. El nombre procede del latín "Cirrus", que significa "rizo", "mechón" o "cerradura". Son las nubes más altas y las últimas en formarse.

Los cirros más comunes son los que tienen filamentos en forma de gancho, que provocan vientos extremadamente violentos (incluso > 300 km/h) en la troposfera superior, especialmente cuando se aproxima un frente cálido.

¿Cómo se forman los cirros?

La formación de cirros se produce cuando una capa de aire cálido y húmedo tiende a ascender lentamente. Durante el ascenso, se forman diferentes tipos de nubes debido a la condensación del vapor de agua, dando lugar a los cirros. Se forman a una altitud muy elevada que varía en función de la latitud.

Cirros
A veces, el filamento se parece vagamente al de una pluma. Debido a los fuertes vientos a gran altitud, los cirros tienen un aspecto irregular, a menudo cerrándose como un gancho.

En las latitudes templadas, los cirros se forman a una altura de entre 8 y 12 km, mientras que en los polos pueden alcanzar los 3-4 km de altura. Lo importante es que el aire es muy frío, con valores de -40 °C. También hay que decir que por encima de los cirros no hay otras nubes, ya que más allá del límite de la tropopausa el aire empieza a volverse extremadamente seco y fino.

¿Cómo son estas nubes?

A menudo anuncian la llegada de un frente cálido. La forma, el color y el tamaño de los cirros pueden adoptar la forma de hileras o de franjas blancas curvas. Son nubes pequeñas de poco espesor, veladas o fibrosas, transparentes a la luz tanto del Sol como de la Luna.

A veces, el filamento se parece vagamente al de una pluma. Debido a los fuertes vientos a gran altitud, los cirros tienen un aspecto irregular, a menudo cerrándose como un gancho. Las vetas van acompañadas de briznas que se dispersan lentamente, dejando sólo las vetas blancas en el cielo.

Al ser nubes de gran altitud, los cirros, como ya se ha mencionado, están compuestos por pequeños cristales de hielo de baja densidad. Los cristales de hielo alcanzan un tamaño máximo de 0,05 milímetros. Cuando se vuelven más pesados, caen en picado hacia abajo. Por eso la nube conserva su transparencia durante mucho tiempo.

Si los cristales de hielo son más densos, el color de los cirros pasa de blanquecino a gris. En estas ocasiones pueden generarse fenómenos espectaculares como los halos

El halo generado por los cirros es menos intenso e incompleto si se compara con otros tipos de nubes. Son de color blanco o blanquecino. Los cirros, al ser nubes muy finas, no provocan precipitaciones.

Amaneceres y atardeceres iluminados por cirros

Durante el amanecer y el atardecer, el color blanquecino de los cirros adquiere otras tonalidades, del amarillo al gris, debido a la refracción de la luz solar en la atmósfera superior. Pueden observarse sobre todo cuando el cielo está despejado y hay aire seco a baja altitud.

Cirros
Durante el amanecer y el atardecer, el color blanquecino de los cirros adquiere otras tonalidades, del amarillo al gris, debido a la refracción de la luz solar en la atmósfera superior.

En estas situaciones, el fenómeno de refracción de la luz solar puede brindar a las puestas y salidas de sol paisajes de cuento de hadas, acompañados de colores muy vivos.

¿Anuncian inestabilidad?

En algunos casos, la llegada de cirros, seguidos de cirrostratos y cirrocúmulos, puede anticipar la llegada de la inestabilidad, debido a la aproximación de un frente cálido ligado a un sistema frontal o a un ciclón extratropical. En otras situaciones, los cirros y cirrostratos pueden ser la señal premonitoria de una tormenta que se aproxima, o de una línea de tormenta.

Cuando la parte superior de un cumulonimbo, alimentada por una fuerte corriente ascendente, alcanza la tropopausa, el tope de la nube se hincha y es desgarrada por los fuertes vientos que soplan en altura. En este caso, las nubes cirriformes se denominarán "falsos cirros".