El calentamiento global aumenta el riesgo de eventos de granizo gigante, las causas y ejemplos en España
La caída de granizos gigantes, de más de 5 cm de diámetro, es cada vez más frecuente. Las tormentas se nutren de aire cada vez más cálido y húmedo como consecuencia del calentamiento global.
En ocasiones, nos llama la atención el gran tamaño que llegan a alcanzar los granizos, lo que en casos extremos puede poner en riesgo nuestra vida si no nos resguardamos a tiempo, aparte de los efectos devastadores causados allí donde caen esas gigantescas piedras de hielo. Su frecuencia parece estar aumentando, si bien hay documentadas caídas de grandes granizos desde tiempos inmemoriales.
En un artículo titulado “Granizo y piedra”, que Augusto Arcimis (primer meteorólogo del antiguo Instituto Central Meteorológico [actual AEMET]) publicó en la revista La Ilustración Española y Americana, el 8 de diciembre de 1899, daba detalles sobre una fuerte granizada ocurrida en la ciudad de Madrid la tarde el 9 de junio de aquel año. Según sus palabras: “el espesor de la capa de granizos acumulados en la plaza de Colón medía, tal vez, 60 centímetros”, habiéndose recogido piedras (de hielo) que pesaban 300 gramos.
En el mismo artículo hace referencia a otras grandes granizadas, como una ocurrida en Londres en mayo de 1680, documentada por el físico inglés Robert Hooke (1635-1703), quien señaló que las piedras que cayeron medían hasta tres pulgadas, equivalentes a casi 8 cm. En prácticamente todos los tratados y manuales de Meteorología antiguos, como “La atmósfera” de Camille Flammarion, se documenta la caída de granizos gigantes.
En su archivo de extremos meteorológicos y climáticos, la Organización Meteorológica Mundial incluye dos referencias al granizo. Por un lado, certifica que el de mayor peso que se ha podido medir es una piedra de 1,02 kg que cayó el 14 de abril de 1986 en el distrito de Gopalganj, en Bangladesh. Por otro, también indica cuál ha sido la granizada más mortífera ocurrida hasta la fecha. Ocurrió el 30 de abril de 1888 en la localidad india de Moradabad y fallecieron 246 personas.
El crecimiento del granizo
Sobre la formación del granizo hay abundante literatura científica. El citado hidrometeoro se forma principalmente por acreción, a partir de las gotas de agua superenfriadas presentes en el seno de los cumulonimbos (nubes de tormenta). Las citadas gotas al impactar entre ellas se congelan al momento y van formando los embriones de hielo sobre los que van creciendo los granizos.
Las fuertes ascendencias de aire que tienen lugar en el interior de las nubes tormentosas aportan una gran cantidad de vapor de agua, lo que permite el crecimiento de los granizos, aparte de sostenerlos en el aire, hasta que su peso vence a la fuerza de sustentación. Para mantener en el aire granizos de 5 cm de diámetro se precisan unas velocidades verticales ligeramente superiores a los 140 km/h.
En los entornos muy tormentosos, con convección húmeda y profunda, los cumulonimbos adquieren una gran altura, las corrientes ascendentes son muy intensas y, en consecuencia, los granizos que se forman dentro de esos “monstruos convectivos” consiguen alcanzar grandes tamaños antes de iniciar su caída. La velocidad terminal con la que alcanzan la superficie terrestre aumenta con su diámetro.
Los granizos pueden presentar una gran variedad de tamaños y formas. Lo normal es que sus diámetros oscilen entre los 5 y los 50 milímetros, pero excepcionalmente son mayores: es cuando se suele hablar de pedrisco. Estos granizos gigantes causan importantes destrozos, tanto en los cultivos, plantas y árboles, como en vehículos estacionados a la intemperie, tejados, ventanas, persianas… y cualquier otro elemento urbano expuesto a él.
Granizos más grandes en el futuro
En los últimos años se están empezando a registrar más episodios tormentosos en los que caen granizos gigantes. En España se recogieron piedras de hasta 10 cm de diámetro tanto en la granizada ocurrida en Mora de Rubielos (Teruel) el 23 de julio de 2017, como en la de Albalate del Arzobispo (también en Teruel) el 5 de septiembre de 2018.
El 30 de agosto de 2022 una violentísima granizada ocurrida en el Ampurdán, en Girona, se cebó especialmente en el municipio de La Bisbal d'Empordà, donde se llegaron a recoger piedras de granizo de hasta 12 cm de diámetro, que han pasado a ser las más grandes registradas en España. El impacto de estos granizos mató a una niña de 2 años y provocó decenas de heridos.
Esta violenta granizada ha motivado una reciente investigación, en la que se ha podido demostrar que la ola de calor marina que en aquellas fechas –extensible a gran parte del verano de 2022– hubo en el Mediterráneo Occidental, fue un factor clave y determinante en la formación de granizos de semejante tamaño.
La frecuencia e intensidad de las olas de calor marinas están aumentando en los últimos años y dicha circunstancia no se puede desligar del calentamiento global antropogénico: Los autores de ese estudio, publicado en la revista Geophysical Review Letters, con ayuda de una simulación numérica pudieron atribuir al cambio climático la magnitud final que tuvo la tormenta y los granizos gigantes que generó.
Carlos Calvo Sancho, autor principal del estudio e investigador en la Universidad de Valladolid, señaló que en los últimos tres años (2021-2023) se produjo el mismo número de episodios en los que hubo granizo gigante que durante el período 2011-2019. En la medida en que sigan subiendo las temperaturas, veremos cada vez más granizos de este calibre o incluso mayores.