El asombroso repertorio de nombres y formas del hielo marino
El hielo flotante de los mares polares adopta una gran variedad de formas, debido a las distintas circunstancias que pueden dar lugar al mismo. Existe una larga lista de nombres de hielo, catalogados por la OMM, algunos de los cuales expondremos aquí.
Las condiciones bajo las que puede generarse hielo marino son tan variadas, que existe un extenso vocabulario de términos que designa todas las formas posibles en que puede presentarse el hielo. Este rico léxico está recopilado en el volumen I de la publicación nº 259 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Su primera edición data de 1970, habiéndose ampliado la nomenclatura desde entonces con la incorporación de nuevos términos de hielo. Tomando como base la edición de 2014 de la citada publicación, comentaremos algunos de ellos.
La heterogénea banquisa polar
El contenido de sal del agua marina hace que su punto de congelación se sitúe alrededor de los -2 ºC. No siempre que el agua superficial del mar alcanza esta temperatura se congela de inmediato, ya que si el aire que discurre sobre ella no está lo suficientemente frío, el proceso de congelación se retarda. Una vez iniciada la congelación, el hielo que termina formando la banquisa polar, adquiere formas muy diversas, en función de factores como la intensidad del viento y el grado de agitación de las aguas (oleaje).
El primer signo que nos indica que el proceso de congelación está en marcha es la aparición de las nilas. Recibe este nombre la costra de hielo delgado (de no más de 10 cm) y elástica, que se mueve a merced de las olas. Su superficie tiene un aspecto mate, distinguiéndose entre nilas claras y oscuras. A medida que ese hielo marino superficial recién formado va ganando en espesor y perdurando en el tiempo, surgen hielos con diferentes características, cada uno de los cuales tiene un nombre asignado.
Partiendo de un hielo joven (de 10-15 cm de espesor) menos elástico que las nilas, se pasa a uno gris-blanco, también joven pero de mayor grosor (15-30 cm). Bajo la denominación de hielo del primer año se identifica un hielo marino de no más de un invierno de crecimiento, desarrollado desde el hielo joven, cuyo espesor puede oscilar entre 30 cm y 2 m.
El llamado hielo viejo es aquel que persiste al menos un verano sin llegar a fundirse por completo, con un espesor que puede alcanzar hasta los 3 metros. En función de que aguante uno o más veranos tenemos hielo del segundo año o hielo de varios años. Es justamente este hielo el que está reduciéndose con mayor rapidez como consecuencia del calentamiento global.
Escombros de hielo flotante
La banquisa polar no siempre termina convertida en una capa de hielo más o menos uniforme, con más o menos irregularidades. Parte de ella está formada por bloques de hielo sueltos de tamaños y formas muy variables. Esta especie de “escombreras” abundan en los mares polares. Son particularmente llamativas las galletas o bandejones de hielo (pancake ice), que se forman sobre las frías aguas cuando están particularmente agitadas.
Por definición, el hielo panqueque o los citados bandejones, son trozos de hielo predominantemente de forma circular, con diámetros entre los 3 cm y los 3 m, y espesores de hasta 10 cm, con los bordes levantados debido a los choques que se producen entre ellos. Si el proceso de congelación sigue adelante, terminan fusionándose entre ellos y dando lugar a una capa que da forma a una banquisa continua.
Pero los verdaderos escombros de hielo flotante son aquellos bloques de hielo que se desprenden de glaciares o plataformas de hielo en las regiones polares. Aunque solemos identificar con la palabra iceberg a cualquiera de esos témpanos de hielo flotante, hay muchos de pequeño tamaño que no alcanzan esa categoría. Bajo la denominación de brash se identifica la acumulación de hielo flotante formada por trozos cuyas dimensiones no superan los 2 metros de diámetro. Estos fragmentos pueden tener su origen en bloques más grandes desprendidos de un glaciar o de un iceberg (de mayor tamaño).
En la publicación de la OMM a la que hemos hecho referencia se define un témpano de hielo o iceberg como una “gran masa de hielo flotante o varada, que emerge a más de 5 m sobre el nivel del mar, de forma muy variada, que se ha desprendido de un glaciar.” Se clasifican tanto por su tamaño como por sus formas. Atendiendo a este último criterio, tenemos témpanos tabulares, abovedados, inclinados, pinaculares, dique seco/gemelo, en bloques, erosionados o témpanos de glaciar. Toda esta variedad queda patente al observar fotografías de icebergs, que al igual que ocurre con las nubes, no encontraremos dos iguales.
Para terminar este sucinto recorrido por el léxico del hielo marino, comentaremos un par de formas singulares. La primera de ellas es el sastrugi, que puede aparecer tanto sobre una superficie nevada o helada cubierta de nieve tanto en tierra firme como flotante. Se trata de unos cordones irregulares y agudos (con aristas afiladas) que se forman sobre las citadas superficies debido a la erosión provocada por el viento y las ventiscas tan comunes en las regiones polares.
La última forma de hielo singular, de gran belleza, que reseñamos son las flores de escarcha. Son el resultado del crecimiento de cristales de hielo por sublimación de vapor de agua que escapa desde una capa de hielo joven. Estos delicados cristales tienen un elevado contenido en sal y forman espectaculares praderas.