Descubren por qué hay menos rayos sobre los océanos
Aunque los océanos reciben más lluvia que los continentes, en tierra se produce una mayor cantidad de rayos. ¿Por qué? Un estudio podía haber resuelto este misterio.
Cuando se analiza la distribución de las precipitaciones en el conjunto del planeta, podemos comprobar que los océanos reciben mucha más cantidad de lluvia que los continentes. Sin embargo, hasta los marineros saben que los rayos en el mar son más raros que en tierra, y durante décadas los científicos no estaban seguros de por qué. Un nuevo estudio publicado en Nature Communications sugiere que la sal marina podría estar interfiriendo en el camino de las nubes que se están cargando para crear un rayo.
Los aerosoles marinos, clave para resolver el misterio
Para investigar por qué los rayos pueden ser menos frecuentes sobre los océanos, Daniel Rosenfeld y su equipo analizaron datos meteorológicos, de aerosoles y de actividad de rayos sobre África y los océanos adyacentes (entre 50°W y 50°E y 20°S y 20°N) de 2013 a 2017. Y lo que vieron fue que los aerosoles marinos gruesos, como la sal, reducían la frecuencia de los rayos. En cambio, cuando había aerosoles finos, más frecuentes sobre tierra, la cantidad de rayos era mayor.
La causa radica en que se necesitan cristales de hielo en las nubes para formar rayos. Cuando el agua del mar se evapora del océano, lleva una carga de sal. El agua salada se une a los aerosoles para formar gotas de lluvia, que tienden a ser más grandes y más pesadas que las que se forman sobre la tierra debido a la sal.
Como resultado, más agua de las nubes cae en forma de lluvia antes de que pueda ascender, enfriarse y formar cristales de hielo. Por tanto, una menor cantidad de descargas de rayos.
Resultados que ayudarán a comprender la distribución desigual de los rayos
Según los investigadores, los resultados de este estudio mejorarán nuestra comprensión de por qué los rayos se distribuyen de manera desigual sobre la tierra y el océano, y los efectos que esto tiene sobre el tiempo y el clima. "Pudimos separar los efectos de las partículas pequeñas y las partículas grandes [del rocío marino]”, explica el coautor del estudio Daniel Rosenfeld, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Si estos efectos no se tienen en cuenta en los modelos meteorológicos, y más aún en los modelos de predicción del clima, no se obtiene ni la imagen correcta ni la precipitación correcta”.
Finalmente, los autores aclaran que tener en cuenta de manera más adecuada los efectos de contraste del aerosol marino fino y grueso mejoraría los cálculos de la lluvia acumulada y la distribución vertical del calentamiento latente, que impulsa gran parte del sistema de circulación atmosférica.