Descubre el alucinante "río de los siete nombres". ¿Por qué se llama así y dónde está?
En Europa existe un sorprendente y misterioso río que tiene... ¡siete nombres! Su camino es extenso y fascinante, dejando paisajes fascinantes que no dejan indiferente a nadie. ¿Cómo es posible y dónde se encuentra?
Eslovenia es un pequeño país del tamaño de la provincia de Badajoz que se desparrama entre los Alpes orientales y el golfo de Trieste, ya en el mar Adriático. A este rincón todavía no ha llegado el turismo de masas, al estar rodeado de estados como Italia, Austria, Hungría y Croacia. Más bien es un lugar de paso, y sin embargo, alberga algunos de los lugares más alucinantes del planeta.
Sus regiones son tremendamente boscosas, y es que Eslovenia es el país con más bosques de Europa en proporción a su superficie, tras Finlandia y Suecia. En 2016, fue proclamado el primer País Verde del mundo por la organización internacional Green Destinations. Su pequeña y coqueta capital, Liubliana, fue declarada Capital Verde Europea ese mismo año. Es un lugar referente a nivel mundial de turismo sostenible.
El secreto está en el Karst
No vamos a descubrir todos los increíbles paisajes que alberga este sorprendente país, pero vamos a hablar de un fenómeno muy curioso: en Eslovenia existe un río que tiene... ¡siete nombres! Parece una broma, pero el secreto está en el subsuelo, como sucede con otros muchos otros parajes de la zona.
En buena parte del territorio predomina la roca caliza, y de hecho en el sur del país se encuentra la meseta del Kras (o del Karst, es alemán). Aquí ya tenemos una pista importante, ya que estamos en la cuna de la ciencia del Karst o karstología, debido a los grandes ejemplos de modelado kárstico que aquí podemos encontrar. De hecho, da nombre a todos los procesos y formaciones del planeta.
Se trata del conjunto de morfologías desarrolladas sobre rocas solubles como los carbonatos (calizas y dolomías) o los sulfatos (yeso o anhidrita). Es un proceso lento, y uno de sus manifestaciones más impresionantes son las cuevas.
En superficie podemos encontrar una sucesión de impresionantes dolinas, poljés, lapiaces, infinitas surgencias, sumideros... Y bajo la superficie, se extiende un vasto e increíble mundo subterráneo, con algunas de las cuevas más grandes y alucinantes que podemos encontrar en Europa y en nuestro planeta. Sin duda, es un lugar para los amantes de la naturaleza, la geografía o la geología.
Un camino apasionante repleto de parajes sorprendentes
Precisamente, aprovechando una red muy compleja de cuevas, surgencias o sumideros, hay un río en Eslovenia que tiene siete nombres diferentes, pero a grandes rasgos podríamos decir que es el mismo. Vendría a ser como nuestro Guadiana, que según la leyenda aparece y desaparece, pero aquí es algo real y bastante complejo: el río desaparece de la superficie por grandes sumideros, circula por cavernas subterráneas para volver a surgir unos cuantos kilómetros más allá.
Su camino es extenso y apasionante. Desde su nacimiento en las estribaciones del monte Snežnik es conocido como Trbuhovica, después como río Obrh, y unos cuantos kilómetros más abajo recibe los nombres de Stržen, Rak, Pivka y Unica, hasta que aflora a la superficie por última vez cerca de Vrhnika como el Ljubljanica, el río que atraviesa la capital antes de verter sus aguas en el Sava, el curso fluvial más importante del país.
A lo largo de su discurrir destaca Rakov Škocjan, un pintoresco valle kárstico que es una auténtica lección de geomorfología al aire libre, originándose por el hundimiento y colapso del techo de la cueva por la que fluye el río, formando un paisaje de ficción. A unos pasos se encuentran varios puentes naturales de roca. El río, que aquí se denomina Rak, se adentra bajo tierra por un ponor o sumidero para reaparecer en la gran cueva de Planina, ya como río Unica. Su relación se descubrió gracias a varias misiones de rescate.
Puedes recorrer en barco sus últimos kilómetros
Ya en sus últimos kilómetros, el Ljubljanica es todo un placer para la vista, totalmente apetecible si quieres disfrutar de la capital eslovena, donde pueden subirte a uno de sus pequeños barcos para disfrutar de unas agradables vistas.
Por aquí fluye a través de un cauce artificial, el canal de Grúber, que se construyó con el objetivo de controlar y laminar las inundaciones que provocaba el río en Liubliana. Su creador fue el arquitecto Jože Plečnik , dotando a la ciudad de un aspecto más moderno incluyendo varios puentes, destacando el famoso y fotografiado "Triple Puente".