Depredación masiva en el Ártico: el MIT revela cómo el bacalao eliminó millones de capelanes en cuatro horas
Los científicos del MIT han descubierto una impresionante dinámica depredador-presa en el Ártico: en sólo cuatro horas, más de 10,6 millones de capelanes fueron devorados por el bacalao.
Un nuevo estudio publicado en Nature demuestra que el equilibrio entre depredadores y presas en el frágil ecosistema ártico cambia constantemente. El estudio analizó la interacción entre el bacalao (Gadus morhua) y el capelán (Mallotus villosus) durante la época de desove del capelán en el mar de Barents.
El estudio calcula que el bacalao consumió unos 10,6 millones de capelanes en un periodo de cuatro horas, lo que revela la magnitud del impacto de la depredación.
Estos dos peces, considerados «especies clave» para el ecosistema, muestran un curioso equilibrio: un pequeño cambio de comportamiento puede desencadenar un cambio repentino, transformando grupos dispersos de peces en grandes bancos organizados. Estos «puntos calientes» de depredación desempeñan un papel importante en la dinámica del ecosistema, y comprenderlos es esencial para entender la salud del Ártico.
Un frágil equilibrio en el mar de Barents
La interacción entre el bacalao y el capelán en el mar de Barents es un claro ejemplo de cómo pequeños cambios de comportamiento pueden tener importantes repercusiones en el ecosistema ártico. Esta dinámica de depredación crea zonas de intensa actividad, fundamentales para comprender la salud y estabilidad del ecosistema.
La clave de este descubrimiento reside en el uso de una nueva técnica de teledetección acústica denominada OAWRS (Ocean Acoustic Waveguide Remote Sensing). A diferencia de los métodos tradicionales, que permiten vigilar áreas pequeñas durante un largo periodo, OAWRS permite observar vastas zonas de forma instantánea, con actualizaciones cada minuto y una cobertura de miles de kilómetros cuadrados.
Gracias a esta tecnología, los científicos han podido identificar rápidamente cómo pequeños grupos de capelanes, cuando alcanzan una densidad crítica, forman grandes cardúmenes en un intento de escapar de los depredadores, lo que, irónicamente, acaba atrayendo aún más bacalao.
Una danza peligrosa: bacalao y capelán
Mientras los capelanes migran hacia sus zonas de desove, el bacalao siempre está cerca, esperando el momento oportuno para atacar. El estudio reveló que en cuanto los capelanes empiezan a reunirse en densos bancos, el bacalao los sigue rápidamente, formando sus propios bancos para maximizar la eficacia de la caza.
Este comportamiento organizado es ventajoso para ambas partes: los capelanes se protegen mejor en grupos grandes, y el bacalao, al formar cardúmenes, puede dividir el banco de capelanes y cazar más fácilmente. Sin embargo, cualquier capelán que no pueda unirse al grupo a tiempo se convierte en presa fácil.
Impacto en los ecosistemas y vulnerabilidad
Los resultados también advierten de la vulnerabilidad de este equilibrio. El aumento de la depredación, combinado con las presiones del calentamiento global y la sobreexplotación de los océanos, podría amenazar seriamente al capelán y, en consecuencia, a todo el ecosistema ártico.
Los científicos señalan que las densidades críticas de población, que desencadenan un comportamiento grupal organizado, son delicadas y fácilmente modificables por los cambios ambientales. Las reducciones de estas poblaciones pueden tardar años en revertirse, lo que hace que estos ecosistemas sean extremadamente vulnerables.
Una comprensión detallada de estos procesos es fundamental no sólo para la gestión de la especie, sino también para la protección de uno de los entornos más ricos y delicados del planeta. Esta investigación arroja nueva luz sobre la dinámica de las interacciones entre bacalao y capelán, allanando el camino hacia un futuro en el que el conocimiento sea la clave de la conservación.
Referencia de la noticia:
Pednekar, S., Jain, A., Godø, O.R. et al. Rapid predator-prey balance shift follows critical-population-density transmission between cod (Gadus morhua) and capelin (Mallotus villosus). Commun Biol 7, 1386 (2024).