La DANA y 'gota fría', hablemos claro
Durante este verano de 2018 hemos tenido la visita de varios embolsamientos de aire frío y hemos oído hablar de una gota fría o de una DANA, pero ¿cuál es la diferencia meteorológica entre estas situaciones atmosféricas?
Hay términos específicos que terminan por ser utilizados por el público en general de una manera poco correcta. Un ejemplo de la vida cotidiana, cuando vamos a la compra y pedimos un "paquete de bimbo", cuando lo que buscamos, en genérico, es el pan de molde.
En Meteorología pasa algo parecido con el término gota fría que ha terminado quedando asociado definitivamente a una situación de precipitaciones muy abundantes y que acontecen, generalmente, en la zona costera mediterránea, a finales del verano y que en muchos casos causan graves destrozos.
La corriente en chorro
Para evitar esta errónea asociación surge, desde la AEMET, el término de Depresión Aislada en Niveles Altos, DANA; concepto que, además, pretende ampliar y modernizar la idea que conllevaba la denominación de gota fría.
Para entender correctamente su formación y posterior evolución, voy a repasar un concepto que ya se vio en el artículo sobre la circulación general atmosférica; se trata de la corriente en chorro. Ya sabemos que es una intensa corriente que recorre la Tierra y que se encuentra en la alta troposfera. Existen cuatro de estos "cinturones", dos por hemisferio. Centrándonos más en la que nos suele afectar, llamada chorro polar, su dirección normal del movimiento es de oeste a este y vemos que a su izquierda tendrá aire más frío, al estar más cerca del polo y, por el contrario, más cálido a su derecha, zona más cercana al ecuador.
Inicio de la DANA
A veces, esta circulación casi rectilínea tiende a ondularse en sentido norte-sur e incluso puede llegar a estrangularse y romperse la corriente. Cuando esto sucede se deja aislado un nuevo elemento, que será un embolsamiento de aire más frío que su entorno, ya que se ha quedado en el lado sur de la corriente en chorro, con una circulación cerrada y con un giro del aire ciclónico, en contra de las agujas del reloj. Así se crea una perturbación.
Hemos llegado a dos de los tres elementos que describen a una DANA:
- Depresión Aislada -que no tiene reflejo en la superficie- y formada en Niveles Altos.
- Aire frío en zonas altas de la troposfera.
Y aquí es donde aparece el elemento diferenciador con el anterior concepto de gota fría; la DANA añade una visión dinámica -ondulación, estrangulamiento y ruptura de la corriente en chorro- al anterior concepto que sólo tenía en cuenta que la perturbación era un núcleo de temperatura muy fría. Añadiremos a estos aspectos el tercer punto que nos faltaba:
- Al quedar aislada la perturbación, adquiere una entidad propia, que se manifiesta porque se desplaza de forma independiente al flujo de los oestes dominantes; incluso llegando a veces a tener un movimiento retrógrado, de este a oeste.
Ciclo de vida de una DANA
También tenemos que tener en cuenta, que la DANA puede propagarse hasta los niveles bajos de la atmósfera, llegando a los 850 hPa o incluso hasta el nivel de superficie. En este caso, la podemos llamar Borrasca Fría Aislada (BFA).
Esta evolución puede considerarse como el ciclo de vida normal de estas depresiones: una perturbación de altura aislada, compuesta por aire muy frío rodeado por aire tropical más templado, que se ha formado por la ruptura de la corriente en chorro. Además, con un mínimo de presión y temperatura acusado, que carece de frentes y es indetectable en el mapa isobárico de superficie, observándose en los mapas de 500 hPa. Aunque puede reflejarse verticalmente en todos los niveles hasta llegar a la superficie.
El final de esta perturbación acontece cuando, o bien es reabsorbida por la circulación general o bien termina por mezclarse con el aire que la rodea.
Antes de terminar quiero recalcar que la explicación del concepto de DANA que hemos visto, no tiene en cuenta para nada el tiempo atmosférico que puede llevar asociado y esta es otra diferenciación muy importante con la idea que existía de gota fría; la cual, desgraciadamente, el público en general asociaba con inestabilidad atmosférica, grandes tormentas y graves daños. Porque depresiones como las que acabamos de estudiar se producen muchas y no tienen que venir asociadas con esos episodios de grandes precipitaciones.