¿Cuándo es mejor comerse un plátano? Propiedades según su punto de maduración
Pídele lo que quieras, que el plátano siempre va a estar ahí. Potasio, vitaminas, fibra y, por si fuera poco, sus propiedades cambian dependiendo de su estado de maduración. Atentos.
Los plátanos son una magnífica fuente de hidratos de carbono, vitaminas (especialmente la vitamina C y B6), fibra y minerales como el potasio y el magnesio. Y estas maravillas nutricionales las puedes encontrar en cualquier fruta, así que come fruta cuando quieras, siempre que puedas, a las horas que quieras y como quieras.
Plátano verde: resistencia y digestión lenta
El plátano verde es ese que solemos evitar porque aún está duro y tiene un sabor más bien insípido, ligeramente amargo. No obstante, si estás buscando una opción que te proporcione energía de manera sostenida y te ayude a sentirte saciado por más tiempo, este es tu mejor amigo.
Cuando el plátano está verde, sus hidratos de carbono están presentes en forma de almidón resistente, un tipo de fibra que no se descompone fácilmente en el intestino delgado y que, por tanto, se digiere lentamente.
Esto tiene dos beneficios claros: primero, el azúcar del plátano se libera gradualmente en el torrente sanguíneo, lo que significa que no provoca picos de glucosa. Segundo: el almidón resistente actúa como prebiótico, es decir, alimenta las bacterias buenas del intestino, lo que puede mejorar la salud digestiva a largo plazo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el plátano verde también puede ser más difícil de digerir debido justo por ese alto contenido en almidón, lo que podría causar sensación de hinchazón en algunas personas. Si tienes problemas digestivos o eres propenso a la distensión abdominal, quizás quieras esperar a que madure un poco más.
Plátano maduro: energía instantánea y antioxidantes
Cuando el plátano comienza a amarillear y aparecen las primeras motas marrones, el almidón resistente se transforma en azúcares simples, como la glucosa, la fructosa y la sacarosa. Esto convierte al plátano en una fuente rápida de energía (y no, esto no significa que ahora engorda).
El plátano maduro es más fácil de digerir, lo que significa que los nutrientes se absorben más rápidamente. Por tanto, es una excelente opción para aquellos que buscan una merienda rápida y digestiva, ideal para niños o personas con sistemas digestivos sensibles.
A medida que el plátano madura, su contenido en antioxidantes también aumenta. Los antioxidantes son compuestos que combaten los radicales libres, responsables del envejecimiento celular y de la aparición de diversas enfermedades crónicas. Además, esos puntitos marrones no son nada malo, de hecho, indican que la concentración de antioxidantes es mayor.
Plátano muy maduro: dulzura y digestión rápida
Cuando el plátano está completamente cubierto de manchas marrones o incluso cuando ya está bastante oscuro, estamos ante un plátano que ha alcanzado su máximo nivel de madurez. Aquí el almidón prácticamente ha desaparecido y el plátano está lleno de azúcares simples. Este tipo de plátano es aún más suave y dulce, y casi se deshace en la boca.
Es el que se come tu madre porque “esto no lo vamos a tirar”.
Querida madre: es excelente para preparar batidos, postres o recetas de cocina que requieran una textura más blanda y un sabor más intenso. Es perfecto para congelar y hacer postres otro día, es el que mejor congela.
De nada.
Pero lo más importante: no nos olvidemos del sabor. No se trata de qué propiedades tiene un plátano en un momento u otro, sino de disfrutar la fruta como mejor te guste. Porque al final del día, si no disfrutas lo que comes, no importa lo beneficioso que sea.