¿Cómo pueden los humanos sobrevivir en el espacio? Un nuevo estudio sobre tardígrados abre nuevas posibilidades
Mientras soñamos con colonizar Marte o explorar lunas lejanas, la respuesta a uno de los mayores desafíos de la exploración espacial podría estar al alcance de un simple microscopio.

Sobrevivir en el espacio podría parecer una fantasía de ciencia ficción, pero un estudio sugiere que la clave podría estar en uno de los seres más diminutos y resistentes de la Tierra: los tardígrados. Investigadores han descubierto mecanismos en estos “osos de agua” que podrían ser la base biológica para hacer frente a las condiciones más hostiles del universo. ¿Será posible que los humanos puedan sobrevivir en el espacio?
Cómo mejorar la resiliencia humana en el espacio
Durante la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria 2025 en Texas, unos científicos han presentado una propuesta revolucionaria: aplicar las extraordinarias adaptaciones de los tardígrados para mejorar la resiliencia humana en el espacio. El estudio, liderado por la astronauta Isadora Arantes y el profesor Geancarlo Zanatta, se enfoca en cómo estos microorganismos podrían inspirar nuevas tecnologías biomédicas y astrobiológicas.
Un tardígrado es muy pequeño pero puede sobrevivir en el vacío del espacio y soportar presiones 6000 veces mayores que la atmosférica en la Tierra o temperaturas desde -200 °C hasta los 150, pasar hasta 10 años sin obtener agua o soportar grandes dosis de radiación ionizante pic.twitter.com/o1acvhoxdY
— Becario en Hoth (@becarioenhoth) January 3, 2019
Los tardígrados, conocidos por su aspecto peculiar y tamaño microscópico, se han convertido en una verdadera celebridad científica. Su fama no es gratuita: estos organismos pueden sobrevivir en condiciones extremas que destruyen cualquier otra forma de vida conocida. Soportan temperaturas cercanas al cero absoluto y superiores a 150 °C, sobreviven a presiones aplastantes, a la deshidratación total y a niveles de radiación letales para el ser humano.
El secreto está en unas proteínas
El estudio se centra en una proteína única llamada Dsup (Damage Suppressor), que actúa como un escudo biológico para proteger el ADN de los tardígrados de los efectos nocivos de la radiación. Usando simulaciones moleculares con el software Gromacs, los investigadores demuestran cómo Dsup reduce significativamente las rupturas en el ADN, manteniendo la integridad genética incluso en condiciones extremas.

Además, el equipo ha analizado otras proteínas vitales como las HSPs (proteínas de choque térmico), que estabilizan las funciones celulares bajo estrés térmico, y las enzimas antioxidantes, que previenen el daño celular causado por la presión y la radiación. Estas defensas celulares actúan en conjunto como un sistema de protección integral.
¿Vida en Marte o en lunas heladas?
Los investigadores señalan que los mecanismos de resistencia de los tardígrados ofrecen un modelo realista para pensar en vida extraterrestre. Ambientes extremos como la superficie radiante de Marte o los océanos subterráneos helados de Europa y Titán podrían albergar formas de vida con adaptaciones similares.
Por ejemplo, algunos estudios han sugerido que ciertas proteínas podrían mantenerse estables incluso en los océanos fríos de Titán, lo que hace plausible la existencia de vida en mezclas de agua y amoníaco a temperaturas criogénicas.
Aplicaciones biotecnológicas para la exploración espacial
Más allá de la ciencia ficción, estas investigaciones tienen aplicaciones concretas. Si se logran incorporar o replicar estos mecanismos en células humanas, se podrían crear astronautas más resistentes a la radiación, lo cual sería clave para misiones de larga duración a la Luna o a Marte, por ejemplo. Asimismo, esta tecnología podría aplicarse en la ingeniería genética de cultivos resistentes al clima extremo, ayudando también aquí en la Tierra frente al cambio climático.

Asimismo, los investigadores subrayan la importancia de continuar con estos estudios con métodos combinados de simulación y experimentación. Comprender cómo los tardígrados logran sobrevivir en condiciones tan adversas no solo abrirá caminos hacia la vida en otros planetas, sino que también puede redefinir cómo entendemos la resistencia biológica.
La naturaleza ya ha escrito parte del manual de supervivencia en el cosmos. Solo necesitamos saber cómo leerlo… y aplicarlo.
Referencia de la noticia:
I. Stefanhak C Arantes1 and G. Zanatta. (2025). Investigating Tardigrades Resistance as a Model for Life in Extreme Space Environments. LPSC.