Como en Jurassic Park: hallan una hormiga guerrera de 35 millones de años
Los científicos identificaron la hormiga guerrera más antigua jamás descubierta, conservada en un bloque de ámbar de la región báltica de Europa. ¿Cómo se produjo el sorprendente hallazgo? Aquí te lo contamos.
Una hormiga conservada en un bloque de ámbar báltico de 35 millones de años es la hormiga guerrera más antigua jamás descubierta, según un nuevo estudio, que representa la primera evidencia de que estos feroces depredadores alguna vez vagaron por el continente europeo.
El espécimen, perteneciente a la especie Dissimulodorylus perseus, es solo la segunda especie de hormiga guerrera fósil jamás descrita, y el primer fósil de hormiga guerrera recuperado del hemisferio oriental. Los hallazgos fueron revelados en la revista Biology Letters, por investigadores del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey ( NJIT ) y la Universidad Estatal de Colorado.
Según los autores del estudio, la especie forma un linaje de hormigas armadas previamente desconocido que alguna vez habría dominado los suelos de los bosques de Europa continental, antes de extinguirse en los últimos 50 millones de años.
Un fósil de ámbar escondido a simple vista
Increíblemente, el fósil de ámbar que contenía la hormiga había permanecido olvidado durante casi 100 años, escondido en los archivos del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard. Hasta que Christine Sosiak analizó detalladamente al espécimen, revelándose entonces su importancia.
“El museo alberga cientos de cajones llenos de fósiles de insectos, pero me encontré con un pequeño espécimen etiquetado como un tipo común de hormiga mientras recopilaba datos para otro proyecto”, explicó Sosiak, autor principal del estudio. “Una vez que puse la hormiga bajo el microscopio, inmediatamente me di cuenta de que la etiqueta no era precisa. Pensé, esto es algo realmente diferente”.
El nombre científico del espécimen, Dissimulodorylus perseus, se deriva del hecho de que el espécimen no tiene ojos y habría tenido una visión muy limitada, una característica que comparte con el héroe griego Perseo, quien derrotó a Medusa.
Con una longitud de unos 3 mm, la desafortunada hormiga habría quedado atrapada en el ámbar durante el Eoceno, una época en la que Europa era mucho más cálida y húmeda de lo que es hoy. Estas condiciones, dicen los investigadores, habrían proporcionado un clima ideal para las hormigas armadas, que normalmente se adaptan a los climas tropicales.
Sin embargo, el continente europeo experimentó varios ciclos de enfriamiento durante decenas de millones de años después del Eoceno, lo que contribuyó a la eventual extinción de las hormigas armadas de esta región del planeta.
Ejércitos de hormigas imparables
Las hormigas armadas o guerreras se llaman así debido a su inigualable afinidad por la búsqueda colectiva de alimento, donde ejércitos de hasta 15 millones marchan por el suelo del bosque, consumiendo prácticamente cualquier cosa y todo lo que se pierde en su letal estela.
Esta estrategia agresiva de búsqueda de alimento, conocida como síndrome de las hormigas armadas, se basa en que las hormigas se mueven constantemente de un lugar a otro, formando nidos temporales en lugar de permanentes.
Una hormiga reina del ejército puede producir de 3 a 4 millones de huevos cada mes, y una sola colonia alborotada puede consumir 500 000 animales de presa cada día. Las presas suelen adoptar la forma de otros insectos, pero los ejércitos también pueden abrumar a animales mucho más grandes, incluidos lagartos, pájaros y pequeños mamíferos.