Colágeno: que no te engañen, esta es la verdad sobre la proteína
Prometen desde una piel más tersa hasta unas articulaciones más flexibles, pero la realidad es más cruel de lo que los anuncios prometen. Por si fuera poco, se sacan de la chistera el término de "colágeno vegetal", lo que faltaba.
El colágeno es una proteína fundamental para la estructura de nuestra piel, huesos, articulaciones y tejidos conectivos, pero igual que no comes pelo para que te crezca el pelo (Julio Basulto dixit), los suplementos de colágeno no generan colágeno.
¿Qué le pasa al colágeno en nuestro cuerpo?
Cuando consumimos colágeno a través de suplementos, ya sea en forma de polvo, cápsulas o bebidas, este entra en nuestro sistema digestivo y se descompone en aminoácidos.
El colágeno en sí mismo, con su estructura específica, no puede atravesar la pared intestinal intacto. En su lugar, se descompone en sus componentes básicos durante la digestión.
La teoría detrás de los suplementos de colágeno es que estos aminoácidos y péptidos pueden ser absorbidos y utilizados por el cuerpo para la síntesis de nuevo colágeno en los tejidos.
Sin embargo, la realidad es un poco más caprichosa. Los aminoácidos liberados durante la digestión se distribuyen por todo el cuerpo y no necesariamente se dirigen a las áreas que necesitan colágeno.
En otras palabras, el hecho de ingerir colágeno no garantiza que este sea utilizado específicamente para la producción de colágeno en la piel, los huesos o las articulaciones.
El colágeno vegetal no existe
Por más que lo veamos escrito, el colágeno vegetal no existe. El colágeno, por definición, es una proteína animal, presente en tejidos conectivos de animales como bovinos, porcinos y marinos.
El término está mal utilizado para referirse a alimentos vegetales que promueven la producción de colágeno en el cuerpo. Las plantas no contienen colágeno, sí pueden proporcionar nutrientes esenciales que apoyan la síntesis de colágeno.
Cómo estimular la producción de colágeno
Aquí repasamos 5 claves que no suelen aparecer en los anuncios de suplementos.
- Vitamina C: Es crucial para la síntesis de colágeno. La vitamina C actúa como un cofactor en la formación de colágeno, ayudando a unir y estabilizar las fibras de esta proteína. Las fuentes vegetales ricas en vitamina C incluyen fresas, pimientos, frutas cítricas y brócoli.
Por eso en los botes de colágeno siempre añaden Vitamina C, porque es la única que tiene declaración nutricional autorizada. En realidad, es a la vitamina C a la que se añade colágeno. Este último va por postureo.
- Antioxidantes: Los antioxidantes presentes en frutas y verduras protegen la piel y los tejidos conectivos del daño causado por los radicales libres. Al reducir el estrés oxidativo, estos antioxidantes ayudan a mantener la salud de la piel y favorecen la producción de colágeno. Come fruta y verdura hasta que te canses.
- Aminoácidos: algunos de los aminoácidos que componen el colágeno sí están presentes en fuentes vegetales. Las legumbres, nueces, semillas y granos enteros proporcionan glicina, prolina y lisina, que son aminoácidos clave para la síntesis de colágeno, superemos ya aquello de que las proteínas vegetales son peores.
- Silicio: Las fuentes vegetales de silicio incluyen el pepino y el espárrago. El silicio ayuda a fortalecer las fibras de colágeno y mejorar la elasticidad de la piel.
- Zinc: Este mineral también juega un papel en la producción de colágeno. Los alimentos vegetales ricos en zinc incluyen las semillas de calabaza, los garbanzos y los anacardos.
3 cosas que no debes olvidar
La primera sobre el suplemento de colágeno. La evidencia de que el colágeno ingerido se convierte directamente en colágeno en los tejidos específicos es muy limitada. El cuerpo descompone el colágeno en aminoácidos que luego se distribuyen y utilizan en diferentes procesos metabólicos.
Y la segunda respecto al colágeno vegetal: no existe, por definición. Sin embargo, ciertos alimentos vegetales proporcionan nutrientes que apoyan la producción natural de colágeno en el cuerpo. Unos buenos hábitos de alimentación con frutas y verduras serán claves, así como evitar la vida sedentaria.
Y lo más importante de todo: más alimentos, menos suplementos.