Amenaza latente para la Tierra: descubren una nueva tormenta solar extrema en la historia reciente
Investigadores han encontrado un nuevo evento solar extremo llamado tormenta Chapman-Silverman, en 1872. Han descubierto que el impacto de estos peligrosos fenómenos en el planeta es más habitual de se creía hasta ahora.
Las tormentas solares son un riesgo latente con el que convive la humanidad. El antecedente más peligroso y cercano data de septiembre de 1859, cuando la tormenta denominada Carrington provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en el hemisferio norte, y las auroras boreales llegaron a observarse incluso hasta en latitudes medias de ambos hemisferios.
Una tormenta solar de esta magnitud tendría gravísimas consecuencias en la civilización actual, tan dependiente de la tecnología, y podría devolvernos en cuestión de horas a condiciones similares a como se vivía en la Edad Media.
Es un fenómeno luminoso que se produce en la atmósfera terrestre cuando impactan contra sus capas más elevadas partículas atómicas y subatómicas procedentes del Sol. La energía depositada por los impactos excita las moléculas de aire y las hace brillar con colores llamativos muy característicos.
Recientemente, un equipo internacional de investigadores de nueve países ha encontrado una nueva supertormenta solar que azotó la Tierra hace 150 años, y rivaliza con el evento Carrington. También ha dejado al descubierto que estos fenómenos son mucho más comunes de lo que pensábamos.
El trabajo ha descubierto un nuevo evento en 1872 llamado tormenta Chapman-Silverman, que causó auroras globales que se llegaron a ver en lugares del ecuador como Bombay y Jartum. El equipo internacional y multidisciplinar de científicos publicó un análisis exhaustivo de este fenómeno en la revista The Astrophysical Journal donde explican su origen solar y sus repercusiones en nuestro planeta.
Detallando la gran tormenta solar Chapman-Silverman
La tormenta en cuestión ocurrió en febrero de 1872 y se denomina evento Chapman-Silverman, en honor a dos astrónomos que recopilaron los primeros datos.
De acuerdo a lo informado por Forbes, los investigadores vincularon cientos de relatos de fenómenos luminosos inusuales con mediciones de campos geomagnéticos y registros de manchas solares, demostrando que todos estaban conectados con un pico de actividad solar.
Revisando registros en bibliotecas, archivos e informes de observatorios de todo el mundo, el equipo encontró más de 700 relatos que indicaban que el cielo nocturno estaba iluminado por magníficas exhibiciones de auroras en Japón, Estados Unidos, Australia, India, México, Madagascar y Europa.
Al mismo tiempo, las mediciones del campo geomagnético de la Tierra registradas en lugares tan diversos como Bombay en la India, Tiflis en Georgia y Greenwich en el Reino Unido, mostraron fuertes variaciones.
La tormenta fue lo suficientemente grande como para afectar la infraestructura tecnológica, incluso en los trópicos. Las comunicaciones telegráficas a través del cable submarino en el Océano Índico estuvieron interrumpidas durante horas. Se registraron disturbios similares en la línea fija entre Egipto y Sudán, afirmaron.
Para demostrar una conexión con la actividad solar, el grupo recurrió a registros de manchas solares belgas e italianas, en gran parte olvidados.
La fortuna de no haber tenido este tipo de supertormentas en los tiempos modernos
"Nuestros hallazgos confirman la tormenta Chapman-Silverman de febrero de 1872 como una de las tormentas geomagnéticas más extremas de la historia reciente. Su tamaño rivalizaba con los de la tormenta Carrington de septiembre de 1859 y la tormenta del Ferrocarril de Nueva York de mayo de 1921", explica Hisashi Hayakawa, Profesor asistente en la Universidad de Nagoya y el campus de Harwell (Reino Unido) y autor principal del estudio.
"Estos fenómenos extremos son raros. Por un lado, somos afortunados de no haber tenido este tipo de supertormentas en los tiempos modernos. Por otro lado, la aparición de tres supertormentas de este tipo en seis décadas muestra que la amenaza a la sociedad moderna es real. Por lo tanto, la preservación y el análisis de registros históricos es importante para evaluar, comprender y mitigar el impacto de tales eventos", concluye Hayakawa.
Referencia de la noticia:
The Extreme Space Weather Event of 1872 February: Sunspots, Magnetic Disturbance, and Auroral Displays. The Astrophysical Journal (2023).