¿A qué hora se registran las temperaturas máximas y mínimas?
Cada día en cada lugar de la Tierra se registran una temperatura mínima y una máxima. Suelen alcanzarse casi siempre en los mismos momentos cada jornada, y aquí te explicamos la causa.
Aunque el comportamiento de la temperatura es distinto cada día, hay algo que siempre ocurre, y es que en dicho periodo de 24 horas de duración dicha variable meteorológica presenta un valor máximo y uno mínimo. ¿Se alcanzan siempre a las mismas horas esos valores extremos de la temperatura? En las siguientes líneas vamos a dar respuesta a esta pregunta y también contaremos cómo determinan la temperatura mínima y máxima de cada jornada.
¿Cuándo se suelen registrar las temperaturas más altas?
Las oscilaciones térmicas diarias vienen dictadas en gran medida por el ciclo día-noche. Si nos fijamos sólo en el período diurno, parece lógico pensar que la temperatura máxima se alcanzará cuando el sol alcance su máxima altura, justo al mediodía solar. Sin embargo, el mayor valor de temperatura suele alcanzarse entre 2 y 3 horas después.
Dependiendo de que estemos en invierno o en verano, la hora oficial difiere más o menos tiempo de la hora universal de referencia (UTC), correspondiente al meridiano de Greenwich (conocido también como meridiano cero). La adopción de unos u otros husos horarios por parte de algunos países, para fijar sus horas oficiales con respecto a la de Greenwich, obedece en algunos casos a causas arbitrarias.
En general, en España, en un día típico de verano lo normal es que la temperatura máxima se alcance alrededor de las 17 h, media hora arriba o abajo. En invierno, el adelanto de la hora oficial con respecto a la solar es de solo una hora y el sol está más bajo, en cuyo caso, el pico de temperatura no suele alcanzarse mucho más tarde de las 15 h, incluso antes algunos días.
La mínima no se alcanza de madrugada
Tras la puesta de sol, el suelo deja de recibir radiación solar, pero no por ello deja de irradiar calor, ya que se fue calentando a lo largo del día. Con el discurrir de la noche, el aire pegado al suelo se va enfriando progresivamente. En resumen, el enfriamiento nocturno culmina entre media hora y una hora después de la salida del sol.
Ese es el momento en que suele hacer más frío y cuando se alcanza la temperatura mínima del día; no a mitad de la madrugada como se suele pensar erróneamente. Los primeros rayos de sol de la mañana, al ser casi rasantes, no empiezan a calentar el suelo de forma efectiva hasta que el astro rey alcanza cierta altura, momento a partir del cual la temperatura comienza a ascender.
Los termómetros de máxima y mínima
En los observatorios meteorológicos, los registros de las temperaturas extremas no se anotan justo en el momento de haberse producido. Dependiendo del tipo de observatorio, los responsables de tomar los datos realizan más o menos mediciones diarias, lo que no supone ningún problema para saber con precisión cuáles fueron la temperatura máxima y la mínima de cada jornada.
Los termómetros destinados a medir los valores extremos tienen unos dispositivos que permiten fijar la medida, de manera que, aunque hayan pasado algunas horas, el dato siga a disposición del observador. En los observatorios dotados con más y mejor instrumental (en España fundamentalmente los de la red de AEMET), también se efectúan registros continuos de temperatura, gracias a un instrumento llamado termógrafo, o simultáneamente de temperatura y humedad (termohigrógrafo).
Los tradicionales termómetros de mercurio –cuya fabricación está prohibida en la Unión Europea desde julio de 2007, han ido dando paso a sensores de temperatura electrónicos, que efectúan medidas automáticas. A pesar de ello, en el interior de las garitas meteorológicas de los principales observatorios, siguen estando operativos los termómetros de máxima y de mínima, que permiten saber cuál ha sido la temperatura más alta y la más baja de cada día.
El termómetro de máxima es de mercurio y presenta un estrechamiento junto al depósito, lo que provoca la rotura de la columna de mercurio cuando éste se contrae como respuesta a una bajada de la temperatura. En el extremo opuesto del termómetro queda marcado por el menisco el valor que alcanzó la temperatura máxima.
Este termómetro se coloca en posición horizontal, aunque ligeramente inclinado hacia el lado del depósito, para evitar así que el mercurio se desplace por la acción de la gravedad hacia el extremo opuesto, lo que falsearía la medida.
El termómetro de mínima es diferente. No contiene mercurio en su interior, sino alcohol etílico (etanol). Esto es así porque dicho instrumento está homologado para cualquier lugar del mundo y hay sitios donde la temperatura desciende en invierno, con relativa frecuencia, por debajo del punto de congelación del mercurio, que es -39 ºC.
El termómetro de mínima lleva incorporado una guía móvil que se desplaza junto al alcohol en su recorrido por el tubo capilar, únicamente cuando la temperatura desciende. Una vez que se ha alcanzado el valor más bajo y el alcohol alcanza la posición más cercana del bulbo, dicho líquido inicia su camino de vuelta por el tubito, paralelamente a la subida que va experimentando la temperatura. En este caso, la guía se queda parada, marcando exactamente el dato de la mínima, que será el que el observador apuntará en su cuaderno.