¿Estás seguro de lo que ves en la carretera?
Es tiempo de vacaciones y desplazamientos. En carretera, seguro que alguna vez te has visto sorprendido por una ilusión óptica de lo más peculiar, el espejismo por calor. ¿Sabes cómo sucede?
Conducir por carretera nos permite observar numerosos fenómenos, entre los que destacan por su belleza, los meteorológicos. El fenómeno del que os hablo hoy está relacionado con el calor, y con lo que gracias a él podemos llegar a ver.
Nos ponemos en situación: un día de pleno agosto con cielo despejado y 40⁰ de temperatura. Vamos conduciendo y observamos a lo lejos lo que parece un charco en medio de la carretera o incluso una balsa de aceite. Avanzamos y seguimos viéndolo en el horizonte, pero nunca llegamos a alcanzarlo. ¿Qué sucede? ¿Qué estamos viendo realmente? Aunque parezca mentira, esta es la única forma de “ver” el calor. Lo que tenemos ante nosotros no es otra cosa que un espejismo como los famosos oasis en el desierto. Es una ilusión óptica sobre el asfalto provocada por las altas temperaturas en la que es posible ver el cielo reflejado.
¿Cómo se produce?
Sabemos que la luz del sol es capaz de dejarnos maravillas en el cielo como los pilares solares, los parhelios o los arcoíris. Pues bien, la refracción de la luz, que está detrás de muchos fotometeoros, es además la responsable de dar lugar a esta ilusión. Con la incidencia de los rayos de sol, en lo más alto en la época estival, el aire caliente en la superficie se eleva sobre el aire menos caliente debido a la diferencia de densidad. Al perder parte del calor al elevarse, vuelve a descender, y así sucesivamente. Los rayos del sol atraviesan estas capas de aire con diferente temperatura, densidad e índice de refracción. El resultado, este particular fenómeno en el que nos parece ver el asfalto ondulado.
Algo similar sucede cuando introducimos un objeto en un vaso con agua, por ejemplo, una cuchara. La luz no se comporta igual al atravesar el aire que el agua por lo que veremos la cuchara deformada.
Aunque las altas temperaturas del verano provocan este fenómeno óptico, también podemos llegar a ver un espejismo en invierno. Tiene lugar, por el contrario, en días muy fríos cuando la superficie está cubierta de nieve o de hielo. Con las bajas temperaturas el aire aumenta de densidad provocando que la luz se refracte hacia arriba. En este caso hablaríamos de un espejismo superior frente al inferior que es el que tiene lugar en verano. Nos haría ver los objetos a mayor altura por lo que podríamos verlos más grandes de lo que realmente son.
Las ilusiones ópticas pueden hacer que no veamos con claridad el horizonte, por lo que es importante extremar la precaución al volante.
Al volante, mucho cuidado
Existen otros fenómenos o circunstancias que pueden impedir que veamos con nitidez la carretera. El orto y el ocaso son momentos del día en los que nuestra vista puede sufrir deslumbramientos por el sol. También cuando atravesamos zonas de sombra y volvemos a una zona de intensa luminosidad. El uso de unas buenas gafas de sol y los parasoles del vehículo, nos podrán ayudar a reducir o evitar la fatiga que los rayos solares provocan en nuestros ojos al conducir.