¿Podría el Sol convertirse en un agujero negro?

Aunque todavía queda mucho tiempo para que el Sol se apague, es inevitable preguntarse qué pasará cuanto esto suceda. ¿Podría acabar siendo un agujero negro como otras estrellas?

¿Es posible que el Sol se convierta en un agujero negro? La ciencia nos proporciona la respuesta sobre el destino final de nuestra estrella más cercana.

El destino de las estrellas ha fascinado a la humanidad durante siglos. Una de las preguntas más comunes es si nuestro Sol, la estrella que permite la vida en la Tierra, podría colapsar en un agujero negro cuando llegue al final de su vida. Los agujeros negros son objetos extremadamente densos, con una gravedad tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de ellos.

¿Hay alguna posibilidad de que nuestra estrella acabe siendo un agujero negro?

La respuesta es un rotundo y contundente no. Para comprender por qué el Sol no se convertirá en un agujero negro, primero es necesario entender cómo funcionan las estrellas y qué determina su final.

Las estrellas son gigantescas esferas de gas que mantienen un equilibrio entre la presión interna, causada por las reacciones nucleares que ocurren en su núcleo, y la fuerza de gravedad que intenta colapsarlas.

¿Qué es un agujero negro?
Se trata de una región del espacio en la que la gravedad es tan intensa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de su atracción. Se forma cuando una cantidad de materia extremadamente grande colapsa en un espacio muy pequeño.

El destino de una estrella depende principalmente de su masa, las más masivas, con al menos 20 veces la masa del Sol, pueden terminar como agujeros negros al agotar su combustible. Esto se debe a que, cuando ya no tienen suficiente energía para mantener el equilibrio, su núcleo colapsa bajo su propia gravedad, comprimiéndose hasta formar una singularidad.

La luz del Sol tarda alrededor de 8 minutos y 20 segundos en llegar a la Tierra.

En cambio, el Sol no cuenta con la suficiente masa para generar este colapso extremo. Pese a que tiene una masa aproximadamente 330 000 veces la de la Tierra, el Sol es una estrella de tamaño medio, lo que significa que seguirá un camino de evolución estelar mucho más "tranquilo" que el de las estrellas gigantes. Según los expertos de la NASA, ni tan siquiera será una supernova ni una estrella de neutrones.

El ciclo de vida del Sol

El Sol se encuentra en la fase llamada secuencia principal, donde transforma hidrógeno en helio mediante fusión nuclear. Esta etapa ha durado alrededor de 4600 millones de años, y seguirá así por otros 5000 millones de años.

Sin embargo, nuestra estrella no brillará para siempre: a medida que su suministro de hidrógeno se agote, entrará en una fase de transformación.

Cuando el hidrógeno en el núcleo se acabe, el Sol comenzará a quemar helio, lo que hará que se expanda hasta convertirse en una gigante roja. En esta etapa, su diámetro aumentará significativamente, posiblemente envolviendo a los planetas cercanos como Mercurio y Venus.

La Tierra también se verá afectada, con temperaturas extremas que harían imposible la vida tal como la conocemos. Después de la fase de gigante roja, el Sol perderá sus capas exteriores, creando una nebulosa planetaria, y lo que quede de su núcleo se comprimirá en una enana blanca.