El proyecto KOBE descubre dos planetas, así es "El Dorado" de la habitabilidad estelar
Unos científicos españoles del proyecto KOBE han encontrado dos planetas orbitando alrededor de una estrella más fría que el Sol, abriendo la posibilidad de encontrar vida extraterrestre.
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El universo sigue revelando sus misterios gracias al esfuerzo de la comunidad científica. Recientemente, un grupo de investigadores europeos, encabezado por españoles, ha identificado un sistema planetario compuesto por dos mundos orbitando alrededor de una estrella más fría que el Sol.
Este tipo de estrella aseguran que ofrece "el ambiente ideal para el desarrollo de la vida" en los planetas que la rodean, lo que convierte este descubrimiento en un acontecimiento realmente relevante para la astrobiología.
Esta investigación, cuyos detalles han sido publicados en la revista Astronomy & Astrophysics, se ha llevado a cabo desde el Observatorio de Calar Alto, en Almería. Se trata del primer gran hallazgo del proyecto KOBE, un programa diseñado para estudiar 50 estrellas y su potencial para albergar planetas habitables.
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— IAA-CSIC (@iaa_csic) February 3, 2025
La búsqueda de mundos habitables
La exploración de planetas más allá del sistema solar ha centrado gran parte de sus esfuerzos en estrellas similares al Sol, conocidas como tipo G. Estas estrellas son idóneas para la existencia de vida debido a sus características estables y a su capacidad para mantener condiciones favorables en sus planetas cercanos. Sin embargo, en los últimos años, los científicos han extendido su investigación a estrellas de menor temperatura, como las de tipo M.
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Dentro de este espectro, las estrellas de tipo K destacan como las más prometedoras. Estas presentan un equilibrio perfecto: no son tan frías como las de tipo M ni tan calientes como las de tipo G. Además, su estabilidad y menor nivel de actividad favorecen la existencia de zonas habitables, es decir, aquellas donde podría encontrarse agua en estado líquido en la superficie de los planetas.
Debido a estas características, la investigación de exoplanetas en torno a estos astros se ha convertido en un objetivo primordial dentro de la astronomía moderna. En este contexto, el proyecto KOBE se posiciona como un programa fundamental en la búsqueda de mundos habitables.
El proyecto KOBE y su impacto
Desde su inicio en 2021, el proyecto KOBE ha empleado el instrumento CARMENES, ubicado en el Observatorio de Calar Alto, para llevar a cabo sus observaciones. Este proyecto se centra en analizar la velocidad de 50 estrellas de tipo K seleccionadas meticulosamente con el fin de maximizar las probabilidades de detectar nuevos planetas.
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En una de estas estrellas, bautizada como KOBE-1, el equipo ha identificado dos exoplanetas con períodos orbitales de 8,5 días (KOBE-1b) y 29,7 días (KOBE-1c). Estos hallazgos representan un paso fundamental en la comprensión de los sistemas planetarios que rodean este tipo de estrellas.
El análisis de los datos obtenidos con CARMENES ha permitido calcular la masa mínima de estos exoplanetas, estimada en 8,8 y 12 veces la de la Tierra, respectivamente. Sin embargo, la falta de información sobre su radio impide determinar con certeza su composición.
Supertierras o subneptunos: el misterio de los nuevos planetas
Las masas de los planetas detectados sugieren que podrían pertenecer a dos categorías distintas. Podrían ser supertierras, es decir, cuerpos rocosos de tamaño mayor al de nuestro planeta, o subneptunos, que poseen densas atmósferas de hidrógeno y helio que los hacen menos densos que Neptuno.
"Esperamos poder resolver esta cuestión en el futuro con el desarrollo de nueva instrumentación espacial que permita obtener imágenes directas de estos planetas", señala Olga Balsalobre Ruza, investigadora predoctoral del Centro de Astrobiología (CAB) y autora principal del estudio.
El proyecto CARMENES multiplica el número de planetas conocidos en la vecindad solar: el telescopio de Calar Alto (Almería) ha permitido el hallazgo de 59 exomundos, una decena de ellos potencialmente habitables. https://t.co/BsQQvN3AYq Vía @CSICCat pic.twitter.com/1SDo2WyKJD
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Si bien estos dos exoplanetas no están situados en la zona habitable de su estrella, el equipo ha podido descartar la presencia de otros planetas con masas superiores a ocho veces la de la Tierra en esta misma zona. Esto indica que, si existiera un planeta dentro de la zona habitable de KOBE-1, su composición sería rocosa, lo que aumentaría sus probabilidades de albergar vida.
Un futuro prometedor para la exploración espacial
Los programas de observación a largo plazo, como KOBE, requieren un compromiso considerable de tiempo y recursos, pero sus resultados pueden transformar el conocimiento humano sobre la existencia de mundos habitables más allá de la Tierra.
Jorge Lillo-Box, investigador del CAB y coautor del estudio, destaca que "los proyectos como KOBE son poco comunes en la ciencia porque demandan largos períodos de observación para detectar patrones y evidencias claras". A pesar de ello, enfatiza la importancia de estas iniciativas, ya que pueden proporcionar "avances cruciales para entender los entornos planetarios idóneos para la vida".
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El impacto de estas investigaciones no se limita al descubrimiento de exoplanetas, también informará a futuras misiones espaciales, como la misión PLATO de la Agencia Espacial Europea. Estos datos serán esenciales para afinar la búsqueda de planetas con condiciones similares a las de la Tierra y, quizás en un futuro no tan lejano, responder a una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo?
Referencia de la noticia:
Lillo-Box, Jorge & Santos, Nuno & Santerne, Alexandre & Silva, A. & Barrado, D. & Faria, Johny & Castro-Gonzalez, A. & Balsalobre-Ruza, O. & Morales-Calderon, M. & Saavedra, A. & Marfil, E. & Sousa, Sérgio & Adibekyan, Vardan & Berihuete, Angel & Barros, S. & Delgado Mena, E.. (2022). The KOBE experiment: K-dwarfs Orbited By habitable Exoplanets. Project goals, target selection, and stellar characterization. Astronomy & Astrophysics. 667. 10.1051/0004-6361/202243898.