Xylella fastidiosa: aparición de nuevas plantas hospedadoras
La Xylella fastidiosa es una bacteria con gran potencial patógeno, que ataca sin curación a un gran número de plantas, muchas de ellas de utilidad económica. Ahora se han conocido nuevas plantas que se pueden ver afectadas.
La Xylella fastidiosa es una bacteria aeróbica, del tipo Gram-negativa, que encuentra su ambiente óptimo para poder crecer y desarrollarse alrededor de los 26 a 28 ºC. Se encuentra en el xilema, multiplicándose dentro de los vasos hasta llegar a taponarlos y obstruir el flujo de savia bruta, lo cual provoca sus síntomas tan característicos, que se corresponden y asemejan a los de la falta de agua y escasez de nutrientes.
La Xylella fastidiosa, es originaria del norte de California
Es originaria del norte de California, donde fue descubierta hacia finales del siglo XIX. No obstante, esta bacteria no se aisló por primera vez hasta el año 1978, describiéndose como agente causante de una enfermedad en la vid en el año 1987. Es decir, es conocida como una enfermedad desde hace tan solo unos 30 años.
En la actualidad, hay identificadas cuatro subespecies (fastidiosa, multiplex, pauca y sandyi), que afectan de diferente forma a un amplio espectro de plantas hospedantes (provocando desde escasos o nulos síntomas hasta la muerte en un corto espacio de tiempo). Al tener un carácter termófilo, se han podido establecer modelos que determinan el riesgo potencial de contaminación en función de las temperaturas mínimas registradas (a temperatura mínima más baja, daños menores).
La llegada de esta bacteria a España es muy reciente
Su presencia en Europa se detectó en algunos olivares del sur de Italia (Pulla) en 2013, propagándose con gran velocidad hasta afectar a millones de olivos y más de 230.000 hectáreas en 2015. El primer foco de Xylella fastidiosa en España fue detectado a finales de 2016 en Mallorca (Islas Baleares). Posteriormente, se han detectado numerosos focos más en dichas islas, y ya en junio de 2017 se detectó por primera vez en la Península Ibérica, más en concreto, en plantaciones de almendros de la localidad de Guadalest (Alicante). Recientemente (2018), se informó de su presencia en campos de olivos de Villarejo (Madrid).
El crecimiento sistémico en los tejidos del xilema de las plantas afectadas, que experimenta la Xylella fastidiosa, favorece que se propague la enfermedad a través del material de plantación o para injerto. La principal causa de su diseminación, entre diferentes plantas y parcelas, se debe a la transmisión de la bacteria a través de insectos picadores-chupadores.
Según los datos dados a conocer hace tan sólo unos días por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés), en las últimas investigaciones llevadas a cabo se han identificado hasta 37 nuevas especies de plantas que son hospedadoras de la Xylella fastidiosa. La gran mayoría de ellas se habían infectado de forma natural y se encontraron en gran número de países, tanto de la Unión Europea (Italia, España, Francia y Portugal) como de otras zonas del planeta (EE.UU e Irán).
Entre las nuevas especies hospedadoras se encuentran plantas ornamentales comunes, silvestres y comerciales, como es el caso de erigeron (Erigeron sp.), Helichrysum stoechas, pistacho (Pistacia vera) y caqui (Diospyros kaki). En España se han detectado cuatro de ellas (perpetua o siempreviva amarilla, alhucema, jara blanca y el tomillo blanco).
Se han identificado un total de 595 especies vegetales hospedadoras
Con la última actualización, la lista incluye un total de 595 especies. Dicha base de datos sirve para proporcionar información esencial tanto a científicos como al personal encargado de la evaluación de riesgos. Esto ayuda a la hora de tomar medidas fitosanitarias y de vigilancia para evitar, en la medida de lo posible, que nuevas especies para plantar propaguen todavía más la bacteria en el entorno.
Finalmente, citar como nota positiva que la junta de Andalucía confirmó a finales de este pasado mes de abril la erradicación de la Xylella fastidiosa en dicha comunidad. Para ello, se han analizado más de 1.600 muestras entre material vegetal e insectos vectores, con resultado negativo, en la zona de vigilancia de El Ejido (Almería), donde se detectó de forma aislada esta bacteria en el año 2018.