La actividad sísmica continúa en La Palma: se triplican los terremotos
Las autoridades mantienen activo el semáforo amarillo y la alerta por riesgo volcánico en la zona de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, tras registrarse seísmos más intensos y de menor profundidad en los últimos días.
El instituto Geográfico Nacional detectó desde el inicio de los seísmos el pasado día 11 de septiembre, hasta este lunes 13, un total de 397 temblores en los municipios de Mazo y Fuencaliente. Durante el transcurso de la semana la actividad sísmica ha continuado, constatándose un incremento en el número de los mismos y en su intensidad. A día de hoy la cifra asciende hasta 1074, casi el triple de temblores que el lunes, y se amplía el área de afección hasta los municipios de Los Llanos de Aridane y a El Paso.
Actualidad de los seísmos
La magnitud de los terremotos ha ido aumentando progresivamente con un ligero desplazamiento hacia el noroeste, y con profundidades más someras que en días anteriores. Los primeros temblores analizados se localizaron entre los 8 y 13 km de profundidad ascendiendo hasta los 6 y 8 km en los últimos días, incluso se han llegado a registrar sismos superficiales entre los 1-3 km, aunque estos poseen bajas magnitudes respecto a los anteriores.
Esta disminución progresiva de la profundidad ha venido acompañado de terremotos más intensos. Sin ir mas lejos, el pasado miércoles a las 12:29 UTC los sensores registraron el terremoto más intenso de la serie, con una magnitud de 3,5 mbLg a 7 km de profundidad, sentido por los vecinos del sur del municipio de El Paso, en la zona suroeste de la isla.
Además de los notorios temblores, la superficie de La Palma se ha deformado unos 10 centímetros en la vertical justo en la misma zona en la que se localiza la sismicidad. Esta deformación del terreno junto con la disminución de la profundidad en los sismos sugiere que el magma avanza hacia la superficie. Según estiman los expertos, unos 11 millones de metros cúbicos de lava a 5 km de profundidad está presionando la superficie de la isla buscando salida. Este proceso intrusivo iniciado el pasado fin de semana en la zona de Cumbre Vieja requiere, según los expertos, un seguimiento continuado y valorado cada día.
¿Estamos ante una inminente erupción?
Saber con exactitud cuándo un volcán va a entrar en erupción no es una labor sencilla, aunque se puede pronosticar con unos días de antelación, siempre y cuando se realice un buen trabajo en la monitorización de precursores en la reactivación volcánica.
Según los expertos, los principales indicadores que preceden una erupción volcánica son los siguientes:
- Aumento de la actividad sísmica, tanto en frecuencia como en magnitud, cada vez se producen más cerca de la superficie y con mayor energía.
- Deformación del terreno detectada por los aparatos de medición.
- Variaciones en la micro-gravedad debido al movimiento de fluidos internos o a las deformaciones.
- Cambio de las propiedades de las aguas subterráneas de las galerías o acuíferos, incremento de la temperatura del agua, una mayor acidez y la aparición de otros elementos inusuales.
- Incremento en la emisión de gases del subsuelo o cambios importantes en la composición química de los mismos.
Los expertos solo confirman, de momento, la posibilidad de un aumento en la intensidad de terremotos, y advierten que antes de que ocurra una erupción volcánica se ha de producir un aumento gradual de la actividad sísmica, que puede incluso prolongarse durante un largo periodo de tiempo, pudiendo ser percibida por la población, por lo que se debe mantener la calma y permanecer atento a la información que proporcionen las correspondientes autoridades pertinentes.