Virus de Nilo Occidental, una amenaza emergente: ¿cómo se contagia y cuáles son sus principales síntomas?
España ha visto un aumento en los casos de la fiebre del Nilo Occidental. Este virus, transmitido por mosquitos, representa un desafío emergente para la salud pública en muchas regiones del país.
El virus de la fiebre del Nilo Occidental (VNO) fue aislado por primera vez en Uganda, en el distrito del Nilo Occidental, en 1937, de ahí su nombre. Desde entonces, se ha expandido por varios continentes, incluyendo Europa, América del Norte y Asia. El virus pertenece a la familia Flaviviridae y es similar a otros virus transmitidos por mosquitos, como el dengue y el Zika.
En Europa, los primeros casos documentados aparecieron en la década de 1960, pero no fue hasta finales de los años 90 cuando se empezó a registrar brotes más significativos. España, con su clima templado y una amplia red de humedales, ofrece un hábitat ideal para los mosquitos del género Culex, los principales vectores del virus.
Estos mosquitos se infectan al alimentarse de aves migratorias que transportan el virus en sus sistemas, y luego pueden transmitirlo a humanos y otros mamíferos.
Situación en España
La primera detección del virus en España ocurrió en 2004 en un caballo en la provincia de Cádiz. Sin embargo, no fue hasta 2010 que se registró el primer caso humano en el país, también en Andalucía. Desde entonces, los casos han aumentado de manera intermitente, con brotes significativos en 2020 y 2021 en las regiones de Andalucía y Extremadura.
En 2020, se produjo el mayor brote registrado en nuestro país hasta la fecha, con más de 70 casos confirmados y 8 muertes. La mayoría de los casos se concentraron en las provincias de Sevilla y Cádiz, donde se cree que las condiciones ambientales, como los veranos largos y cálidos, junto con la proliferación de zonas de agua estancada, favorecieron la reproducción de los mosquitos.
De momento, durante este año 2024, decenas los casos registrados con dos fallecidos, todos en la misma zona. Hace unas horas, se detectaban 13 nuevos casos de virus del Nilo Occidental en Andalucía
Sintomatología y complicaciones
La mayoría de las personas infectadas con el virus de la fiebre del Nilo Occidental no presentan síntomas. De hecho, se estima que aproximadamente el 80% de los infectados son asintomáticos. Sin embargo, cuando los síntomas se manifiestan, suelen incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas y, en algunos casos, erupciones cutáneas. Estos síntomas suelen durar unos pocos días a varias semanas.
Una pequeña proporción de los infectados, aproximadamente el 1%, puede desarrollar formas más graves de la enfermedad, como la encefalitis o la meningitis. Estas complicaciones pueden ser potencialmente mortales, especialmente en personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados.
Los síntomas de la infección grave incluyen fiebre alta, rigidez en el cuello, desorientación, convulsiones y pérdida de la conciencia, lo que puede llevar a un estado comatoso. La tasa de mortalidad en casos graves se sitúa entre el 10% y el 20%.
Prevención y control
Actualmente, no existe una vacuna para el virus de la fiebre del Nilo Occidental en humanos, lo que hace que la prevención se centra en la reducción de la exposición a los mosquitos.
Las autoridades sanitarias recomiendan una serie de medidas preventivas, como el uso de repelentes de insectos, la instalación de mosquiteras en ventanas y puertas medidas, o evitar las actividades al aire libre durante las horas de mayor actividad de los mosquitos, que suelen ser al amanecer y al anochecer.
Además, es crucial eliminar los criaderos de mosquitos. Esto implica la gestión adecuada de los depósitos de agua estancada, como charcas, piscinas sin mantenimiento y contenedores de agua al aire libre, donde los mosquitos pueden reproducirse fácilmente.
En las zonas donde se han detectado casos de VNO, las autoridades suelen llevar a cabo campañas de fumigación para reducir la población de mosquitos. Sin embargo, estas medidas tienen un impacto temporal y deben ser parte de un enfoque integral que incluya la vigilancia epidemiológica y la concienciación pública.
Impacto del cambio climático
El cambio climático es uno de los factores que han contribuido a la expansión del VNO en España. Los inviernos más suaves y los veranos más largos y cálidos han ampliado la temporada de actividad de los mosquitos y han permitido que el virus se establezca en nuevas áreas. Además, el aumento de las temperaturas puede acelerar el ciclo de vida de los mosquitos, lo que aumenta su número y la probabilidad de transmisión del virus.
Las aves migratorias, que actúan como huéspedes del virus, también están viendo alterados sus patrones migratorios debido al cambio climático. Esto podría llevar a una mayor circulación del virus en ciertas regiones de España, aumentando el riesgo de brotes.