Villanueva del Cauche: así es el último pueblo feudal de Europa
Hasta hace pocos años, los vecinos de este pueblo malagueño no tenían permiso para obrar en sus viviendas y debían pagar una renta anual a los marqueses del Cauche.
Hay pueblos que parecen sacados de un cuento, y Villanueva del Cauche es uno de ellos. No tanto por su naturaleza, sino por la historia que esconde tras de sí. Situado a solo 60 kilómetros de Málaga, este municipio ostenta un reconocimiento singular: es el último pueblo feudal de Europa. Pero, ¿cómo ha sobrevivido así durante tanto tiempo?
¿Qué significa ser un pueblo feudal?
El sistema de vasallaje, en el que la tierra y la vida giraban en torno a un señor feudal, pervivió en algunos lugares más allá de la Edad Media. Y Villanueva del Cauche es uno de los sitios en los que esto sucedió.
Los orígenes de este pueblo se remontan al siglo XVII, cuando se creó el Marquesado del Cauche. Este marquesado fue otorgado por Felipe IV a Doña Teresa de Rojas y Toledo. A partir de entonces, el pueblo quedó bajo el dominio de la familia marquesal, quienes establecieron un sistema de dependencia feudal con los habitantes.
Esto significa que los habitantes debían pedirles permiso para obrar en sus viviendas, debían cultivar las tierras y, a cambio, proveer a los marqueses de alimentos.
¿Por qué Villanueva del Cauche es el último pueblo feudal?
A finales del siglo XX, la reforma agraria supuso el fin del sistema feudal en España. Sin embargo, Villanueva del Cauche conservó un fuerte vínculo con sus antiguos señores, quienes siguieron siendo propietarios de gran parte de las tierras del municipio.
Los caucheños, como se conoce a los habitantes de este pueblo, eran considerados siervos de la marquesa. Por eso, debían pagar una renta anual en forma de productos agrícolas o trabajo manual, no disponían de la propiedad de sus viviendas y tampoco podían abandonar el pueblo sin permiso.
A diferencia del resto de Europa, donde el feudalismo había sido abolido siglos atrás, Villanueva del Cauche permaneció bajo un sistema feudal hasta principios del siglo XXI. No fue hasta 1960 cuando algunos vecinos comenzaron a cuestionar este sistema y a luchar por sus derechos.
Una larga batalla legal
Aún así, hasta mediados de los 90 todavía había vecinos que una vez al año iban al Cortijo de las marquesas de Cauche con una gallina bajo el brazo para abonar el diezmo por las casas que sus antepasados levantaron en torno a este edificio señorial para trabajar las tierras de los nobles.
Cuando las marquesas Carmen y Teresa de Rojas Arrese, sin descendencia, legaron la propiedad a su primo, el pago en especie pasó a mejor vida. No obstante, se mantuvo la relación feudal. Los habitantes de estas tierras debían una renta anual de entre 12000 y 20000 de las antiguas pesetas.
Con la llegada del euro la situación tampoco mejoró. De hecho, en el año 2005, los herederos del Marquesado formalizaron la compraventa de las parcelas. La situación ya estaba en manos de los tribunales, pero no fue hasta 2015 cuando el Tribunal Supremo dio la razón a los habitantes de Villanueva del Cauche y declaró nulas las escrituras que mantenían el dominio feudal.
Así fue como Villanueva del Cauche pasó a ser parte del patrimonio público del Ayuntamiento de Antequera poniendo fin al sistema feudal que lo había regentado durante años.