Se avecinan las temidas tormentas secas, ¿qué son y cómo se forman?
Julio ha arrancado con temperaturas muy altas y valores que han llegado a tocar los 40 ºC en varios puntos del suroeste del país. Ahora bien, después de este calor se avecinan tormentas que en algunos casos serán secas y pondrán en riesgo nuestros bosques.
La primera semana de julio ha estado marcada por valores muy altos de temperaturas que han sido noticia en buena parte del país. Tanto es así, que el mercurio ha llegado a marcar valores de hasta 40 ºC. Ahora el protagonista es el cambio de tiempo que traerá tormentas que podrían no ir acompañadas de precipitaciones. La inestabilidad irá en aumento de cara a las próximas horas y que ya ha comenzado a notarse en puntos de la mitad norte peninsular.
¿Qué son las tormentas secas?
Cuando hablamos de tormentas, nuestra cabeza se imagina una lluvia fuerte y repentina acompañada de actividad eléctrica. Sin embargo, en algunas ocasiones se pueden dar las tormentas secas, aquellas en las que se observan rayos y se escuchan truenos pero que no van acompañadas de lluvia.
En nuestro país no es raro encontrar tormentas secas, de hecho es relativamente frecuente en las zonas montañosas. La tormenta seca es la principal causa de incendios naturales. Resulta ser un fenómeno típico del verano que va acompañado de viento fuerte, mucha carga eléctrica y poca precipitación.
¿Cómo se forman?
En ocasiones el frío entra en las capas altas y medias de la troposfera, por tanto existen condiciones para que se desarrollen las nubes, pero más abajo la humedad que se acumula es bastante escasa, por lo que no da para que la lluvia sea importante. El frío en altura también es menor por lo que la nube no tendrá una buena estructura ni un buen desarrollo vertical. A fin de cuentas, la humedad es tan baja en los niveles inferiores que la lluvia se evapora antes de llegar al suelo.
Las nubes resultantes de este proceso descargan unos 'filamentos' de lluvia, llamados virga, que en muchas ocasiones se pueden ver y no llegar a tocar el suelo. También dan lugar a los rayos -positivos o negativos- que, como hemos visto años atrás, han generado los temidos incendios alimentados por las fuertes rachas de viento. Los culpables son los rayos nube-tierra, que se generan en la base de la nube y que en muchas ocasiones descargan sobre la vegetación seca.