Unos psicólogos revelan cómo la adicción a las redes sociales desencadena profundas reacciones físicas en el cuerpo
¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando pasamos horas navegando en redes sociales? Un reciente estudio ha revelado que el uso de plataformas como Instagram y TikTok no solo afecta nuestra mente, sino que también provoca reacciones físicas sorprendentes.

Las redes sociales han pasado de ser simples plataformas de comunicación a convertirse en un fenómeno omnipresente en nuestras vidas. Pasamos horas deslizando, comentando y reaccionando, muchas veces sin ser conscientes del impacto que esta actividad tiene en nuestro cuerpo.
Un estudio realizado por dos psicólogos de la Universidad de Durham ha revelado que la interacción con redes como Instagram y TikTok genera respuestas físicas significativas, lo que podría explicar por qué es tan difícil alejarse de ellas.
¿Cómo funciona el cuerpo al usar redes sociales?
Para comprender mejor los efectos fisiológicos del uso de las redes sociales, unos investigadores han llevado a cabo un estudio con 54 adultos jóvenes. A cada participante le colocaron electrodos en el pecho y los dedos, permitiendo registrar su ritmo cardíaco y la conductancia de la piel, un indicador de la actividad del sistema nervioso.
Super interesting chart! How do different social media networks impact on your well-being? Instagram gives you the worst body image issues, Facebook robs most sleep, Snapchat increases your fear of missing out. Source: https://t.co/2pSCmXpdji pic.twitter.com/XaM7MPKRYG
— Simon Kuestenmacher (@simongerman600) May 23, 2018
Durante la prueba, los voluntarios pasaron 15 minutos navegando en Instagram de manera habitual. Luego, realizaron una actividad de lectura de noticias en sus teléfonos para contrastar los efectos.
Los resultados mostraron que mientras los participantes usaban Instagram, su ritmo cardíaco disminuyó notablemente, pero la sudoración aumentó. Este patrón sugiere un estado de alta concentración y excitación emocional, similar a cuando una persona está completamente absorta en una actividad significativa o estimulante.
El impacto de la desconexión
Uno de los hallazgos más llamativos del estudio fue lo que ocurrió cuando se interrumpió el uso de Instagram. Al pedir a los participantes que dejaran de navegar en la red social y regresaran a la lectura de noticias, su sudoración aumentó aún más y su ritmo cardíaco se aceleró.
Además, al registrar sus emociones en ese momento, muchos reportaron sentir ansiedad, estrés e incluso un fuerte deseo de volver a conectarse.

Esta respuesta fisiológica es similar a la que se observa en personas que atraviesan un síndrome de abstinencia, lo que lleva a preguntarse: ¿es posible que las redes sociales generen una forma de adicción?
¿Existe la adicción a las redes sociales?
El concepto de "adicción a las redes sociales" sigue siendo un tema de debate en la comunidad científica. Aunque no está oficialmente reconocido como un trastorno de salud mental, el estudio sugiere que las redes sociales pueden desencadenar respuestas similares a las de ciertas adicciones
En lugar de considerarnos adictos, los expertos creen que estas plataformas han sido diseñadas para aprovechar poderosos mecanismos de recompensa. Características como la transmisión infinita de contenido y la interacción social inmediata pueden crear un círculo de retroalimentación que nos mantiene conectados durante más tiempo del que planeamos.
La verdadera razón de nuestra conexión constante
Más allá de la adicción a los dispositivos o aplicaciones, el estudio sugiere que el verdadero motor detrás del uso excesivo de redes sociales es la necesidad humana de conexión. A diferencia de sustancias adictivas como el alcohol o las drogas, las redes sociales satisfacen un deseo básico: la pertenencia y la aprobación social.
Esto podría explicar por qué muchas personas pueden reducir su consumo de redes sin mayores problemas. Cuando nos desconectamos de estas plataformas, seguimos teniendo la posibilidad de interactuar con otros en el mundo real, lo que mitiga el impacto de la abstinencia.
Comprender los efectos que tienen sobre nuestro cerebro y cuerpo nos permite tomar decisiones informadas sobre su uso. Reducir el tiempo en redes sociales, hacer pausas y buscar interacciones fuera del entorno digital puede ayudar a evitar el estrés y la ansiedad asociados con su consumo excesivo.
Referencia de la noticia:
Michael Wadsley, Niklas Ihssen, The psychophysiology of Instagram – Brief bouts of Instagram use elicit appetitive arousal and attentional immersion followed by aversive arousal when use is stopped, Computers in Human Behavior, Volume 166, 2025, 108597, ISSN 0747-5632, https://doi.org/10.1016/j.chb.2025.108597.