Unos científicos del CSIC descubren emisiones masivas de metano que proceden del subsuelo marino de la Antártida

El gas, acumulado desde hace 20.000 años en el subsuelo del continente helado, está brotando hacia la superficie en cantidades preocupantes como consecuencia del deshielo. Un fenómeno que si se repite en otras áreas del planeta podría tener consecuencias devastadoras.

Investigadores españoles confirman la existencia de emisiones masivas de metano en la Antártida. Foto: CSIC.

Inquietante hallazgo el que ha hecho el equipo de científicos españoles que, hasta el pasado 8 de febrero, ha estado realizando una expedición en la Antártida a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, operado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Tras concluir las investigaciones, los biólogos responsables de los trabajos, Ricardo León y Roger Urgeles, han advertido de la presencia de emisiones masivas de metano que proceden del subsuelo marino del continente helado, lo que representa un importante peligro para el clima global.

Concretamente, han detectado columnas de este gas de hasta 700 metros de longitud y 70 metros de ancho en el fondo marino antártico.

La preocupación en la comunidad científica respecto a este descubrimiento va en aumento: si lo que está ocurriendo en la Antártida se reproduce en otras áreas del planeta, las consecuencias serían catastróficas.

Gas metano, un peligro para el calentamiento del planeta

El metano es un gas de efecto invernadero que tiene una capacidad de calentamiento 40 veces superior al dióxido de carbono (CO₂). Por eso, su liberación a la atmósfera puede acelerar el calentamiento global de manera muy significativa y amplificar el efecto invernadero.

En este caso, además, los científicos apuntan también a un riesgo geológico. Y es que la inestabilidad que estas fugas están provocando en los sedimentos marinos podrían causar deslizamientos catastróficos capaces de generar tsunamis, como el que arrasó el litoral del norte de Europa hace más de 8.000 años.

La comunidad científica también ha mostrado preocupación por la lentitud con la que se están formando las capas de microbios que se alimentan de metano en estas áreas, y que tampoco están siendo capaces de consumir todo el gas liberado, por lo que las emisiones a la atmósfera son mayores.

¿Cómo se originaron las bolsas de metano?

Se cree que las emisiones detectadas podrían ser consecuencia del llamado “rebote posglaciar", ligado a la destrucción del permafrost. Se trata de un fenómeno producido por el adelgazamiento de la capa de hielo, que provoca el levantamiento del continente y la liberación del metano acumulado en el subsuelo marino hace unos 20.000 años.

Según han explicado los investigadores del CSIC, la cantidad de metano en la zona podría ser de unas 24 gigatoneladas, equivalente a las emisiones generadas en todo el planeta a lo largo de dos años.

La investigación, clave para afrontar la amenaza

Con el fin de abordar esta problemática, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) han puesto en marcha el proyecto ICEFLAME. El objetivo es localizar y monitorizar las fugas de metano en el Océano Austral vinculadas al retroceso de los glaciares.

Iglús del campamento científico español en la península de Byers, en la Antártida. Foto: CSIC.

El equipo científico, compuesto por 26 personas, ya está recopilando datos del fondo oceánico mediante el empleo de sondas sísmicas y el análisis de muestras de sedimento recogidas a profundidades que oscilan entre los 500 y los 4.000 metros.

Avanzar en la investigación de estas emisiones es vital para comprender mejor los procesos que ocurren en el fondo marino antártico y para desarrollar estrategias con las que mitigar los efectos dañinos que la liberación del metano están produciendo en el clima global.

España, en la avanzadilla investigadora en la Antártida

Mucho han avanzado las cosas desde aquel primer campamento español en el continente antártico, cuando, en 1986, cuatro científicos llegaron a la isla Livingston e instalaron una modesta tienda de campaña.

Otro de los buques oceanográficos españoles, el Hespérides, que navega en aguas antárticas. Foto: UTM/CSIC.

Unos años después, fue el Ejército de Tierra el que levantó un refugio permanente en la isla Decepción. En ese lugar, hoy se erige un vanguardista laboratorio de última generación de 250 metros cuadrados, construido con una inversión de dos millones de euros.

Unas instalaciones donde se está construyendo uno de los tres únicos laboratorios limpios que existen en la Antártida, y que está diseñado para evitar la contaminación de las muestras y garantizar resultados rigurosos en los cruciales estudios que se desarrollan en el terreno sobre cambio climático, calentamiento global o biodiversidad.

Por ello, la presencia española en el gélido continente se ha convertido en una de las más importantes y prometedoras del mundo, con éxitos en el campo de la investigación como el de las peligrosas fugas de gas metano.

Referencia de la noticia:

https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/un-proyecto-pionero-en-la-antartida-buscara-fugas-de-metano-que-impactan-en-el-cambio-climatico