Una ola de récord
Acaba de entrar en el libro Guinnes de los récords. El brasileño Rodrigo Koxa ha logrado surfear una ola de más de 24 metros de altura. Pero, ¿dónde alcanza el oleaje tal magnitud?
Hace unos días la Liga Mundial de Surf reconoció a Rodrigo Koxa el récord de la ola más grande jamás surfeada. Una ola de 24,38 metros que se registró el 8 de noviembre frente a las costas de Praia do Norte, en Nazaré (Portugal). Un pequeño pueblo de pescadores situado a poco más de 100 kilómetros al norte de Lisboa, famoso por sus olas y, por tanto, un foco de atracción para surfistas de todo el mundo. Pero, ¿qué hace que las olas de Nazaré tengan tales dimensiones? La respuesta está en el fondo del mar.
Los vientos procedentes del Atlántico tienen la fuerza suficiente para generar olas de gran tamaño, especialmente durante un temporal, pero la componente geológica es, en este caso, fundamental. El cañón marino más grande de Europa, con 210 kilómetros de longitud y una profundidad de 4.300 metros, se encuentra frente a sus costas. Es una brecha en la plataforma continental europea y su presencia favorece que la energía de las olas llegue prácticamente intacta a la costa. Además, la forma de embudo de este accidente geográfico submarino actúa como un amplificador. El agua actúa aquí como un enorme chorro a presión que va a parar a la costa de Praia do Norte.
El surfista Garret Macnamara ostentaba hasta esta semana y desde 2011, el anterior récord de la ola más grande surfeada. Una ola que también se registró en Nazaré con una altura de 23,77 metros.
Otros paraísos del surf
La Costa de California es mundialmente conocida por el surf. En Cortes Bank, un accidente geográfico a 160 kilómetros de la costa, Mike Parsons cabalgó una ola de 23,4 metros de altura en 2008, batiendo otro récord. Este monte submarino ha sido, en función del nivel del mar, varias veces una isla a lo largo de la historia. La última hace unos 10.000 años, durante la Pequeña Edad de Hielo.
En Maui, Hawaii, la ola de Jaws es conocida por alcanzar también los 20 metros de altura. El invierno es la época en la que se registran las olas más grandes del año.
Aunque no se puede comparar en dimensión, la ola de Mundaka es un reclamo para sufistas en nuestro país. La localidad vizcaína situada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, es famosa por su ola de la margen izquierda. Nace en la barra de Mundaka y termina en la playa de Laida. Se forma con la entrada de vientos de sur y suroeste y aunque no es comparable con las olas de Nazaré, puede llegar a los 4 metros de altura y los 400 metros de longitud. Ha sido en varias ocasiones sede de numerosas competiciones a nivel internacional. Un atractivo de la zona que se ha visto en peligro en varias ocasiones debido a las modificaciones artificiales de la playa.
Olas de récord en España
Aunque en este caso no se trata de olas cabalgadas, las boyas de Puertos del Estado han llegado a registrar también oleaje de grandes dimensiones. En el primer puesto de este ránking, se encuentra la ola que registró la boya de Villano-Sisargas en Cabo Villán (Galicia) el 6 de enero de 2014. Con una altura de 27,81 metros superaba el anterior récord de nuestro país. Lo ostentaba hasta entonces la boya de Augusto González Linares, en Santander (Cantabria). Durante la potente borrasca que afectó a la Península a finales de enero de 2009 y que sufrió un proceso de ciclogénesis explosiva, se registró una ola de 26,13 metros de altura.
Hace unos días la Liga Mundial de Surf reconoció a Rodrigo Koxa el récord de la ola más grande jamás surfeada. Una ola de 24,38 metros que se registró el 8 de noviembre frente a las costas de Praia do Norte, en Nazaré (Portugal). Un pequeño pueblo de pescadores situado a poco más de 100 kilómetros al norte de Lisboa, famoso por sus olas y, por tanto, un foco de atracción para surfistas de todo el mundo. Pero, ¿qué hace que las olas de Nazaré tengan tales dimensiones? La respuesta está en el fondo del mar.
Los vientos procedentes del Atlántico tienen la fuerza suficiente para generar olas de gran tamaño, especialmente durante un temporal, pero la componente geológica es, en este caso, fundamental. El cañón marino más grande de Europa, con 210 kilómetros de longitud y una profundidad de 4.300 metros, se encuentra frente a sus costas. Es una brecha en la plataforma continental europea y su presencia favorece que la energía de las olas llegue prácticamente intacta a la costa. Además, la forma de embudo de este accidente geográfico submarino actúa como un amplificador. El agua actúa aquí como un enorme chorro a presión que va a parar a la costa de Praia do Norte.
El surfista Garret Macnamara ostentaba hasta esta semana y desde 2011, el anterior récord de la ola más grande surfeada. Una ola que también se registró en Nazaré con una altura de 23,77 metros.
Otros paraísos del surf
La Costa de California es mundialmente conocida por el surf. En Cortes Bank, un accidente geográfico a 160 kilómetros de la costa, Mike Parsons cabalgó una ola de 23,4 metros de altura en 2008, batiendo otro récord. Este monte submarino ha sido, en función del nivel del mar, varias veces una isla a lo largo de la historia. La última hace unos 10.000 años, durante la Pequeña Edad de Hielo.
En Maui, Hawaii, la ola de Jaws es conocida por alcanzar también los 20 metros de altura. El invierno es la época en la que se registran las olas más grandes del año.
Aunque no se puede comparar en dimensión, la ola de Mundaka es un reclamo para sufistas en nuestro país. La localidad vizcaína situada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, es famosa por su ola de la margen izquierda. Nace en la barra de Mundaka y termina en la playa de Laida. Se forma con la entrada de vientos de sur y suroeste y aunque no es comparable con las olas de Nazaré, puede llegar a los 4 metros de altura y los 400 metros de longitud. Ha sido en varias ocasiones sede de numerosas competiciones a nivel internacional. Un atractivo de la zona que se ha visto en peligro en varias ocasiones debido a las modificaciones artificiales de la playa.
Olas de récord en España
Aunque en este caso no se trata de olas cabalgadas, las boyas de Puertos del Estado han llegado a registrar también oleaje de grandes dimensiones. En el primer puesto de este ránking, se encuentra la ola que registró la boya de Villano-Sisargas en Cabo Villán (Galicia) el 6 de enero de 2014. Con una altura de 27,81 metros superaba el anterior récord de nuestro país. Lo ostentaba hasta entonces la boya de Augusto González Linares, en Santander (Cantabria). Durante la potente borrasca que afectó a la Península a finales de enero de 2009 y que sufrió un proceso de ciclogénesis explosiva, se registró una ola de 26,13 metros de altura.