Una niña aseguraba que había un monstruo en su habitación, y lo que encontraron en las paredes horrorizó a sus padres
Nadie creyó lo que decía esta niña de tres años que reside en Carolina del Norte. Hasta que sus padres encontraron una escalofriante sorpresa que podría haber ser fatal.
Podría ser la trama de una película de terror. Una niña percibe lo que los adultos no. Una niña asegura que hay un monstruo en su habitación. Lo escucha, lo siente. Los padres, incrédulos, piensan que todo es producto de su joven imaginación. Hasta que, finalmente, descubren que la niña decía -más o menos- la verdad.
Así sucedió en Charlotte, Carolina del Norte. Saylor, de solo 3 años, comenzó a repetir que había monstruos en una pared de su habitación. Al principio los padres creyeron que la ocurrencia tenía que ver con que había visto días atrás la película Monsters.
"Incluso le dimos una botella de agua y le dijimos que era un spray para monstruos para que pudiera rociar a cualquiera de los monstruos por la noche", dijo a la BBC Massis Class, la madre de Saylor. Pero los días y las semanas fueron pasando y la niña insistía con el monstruo de su habitación.
Un día, su madre notó la presencia de algunos insectos alados cerca del ático y de la chimenea antigua, por fuera de la casa. Por precaución, llamaron a una empresa de control de plagas, que confirmó que se trataba de abejas. La madre pensó que quizá fuera el zumbido de estos insectos lo que Saylor escuchaba.
Como las abejas son una especie protegida en Estados Unidos, llamaron a un apicultor. El hombre llevó una cámara térmica para investigar las paredes de la vivienda y por eso la niña comenzó a llamarlo el “cazador de monstruos”
Un enjambre de 45 kg latiendo de la pared
El “Cazador” siguió a las abejas por donde parecían ocultarse, un pequeñísimo agujero en la estructura de la casa, en un rincón de la pared del ático. A esta altura, los indicios apuntaban a una sola hipótesis.
Y sí. Cuando prendió su cámara térmica para escanear las paredes, todos quedaron estupefactos. "Se iluminó como en Navidad", dijo Massis Class. La imagen de calor reveló al monstruo de Saylor: un enjambre de 45 kg y más de 60000 abejas que habitaban cómodamente detrás de la pared de la niña.
El apicultor “cazador” dijo que nunca había visto una colmena crecer tanto en la pared. Las abejas habían estado más de ocho meses construyendo la megaestructura.
El apicultor, convertido en héroe, extrajo 65000 abejas. Pero todavía continúan los trabajos para quitarlas de la pared mediante aspiración inversa, para meterlas en cajas y reubicarlas en un lugar seguro para ellas y para los humanos.
La habitación de Saylor está bloqueada hasta que puedan arreglarse los daños que los insectos y su miel causaron en el cableado eléctrico de la casa. Massis Class contó que su seguro no cubrirá nada relacionado con plagas porque consideran que son riesgos que se pueden prevenir.
Si hubiera sido una película, hubiera tenido un final feliz. O más o menos. Afortunadamente nadie salió lastimado, ni la niña ni las abejas. Pero los daños en la casa ascienden a la friolera suma de 20000 dólares.