Un pueblo con murallas medievales y playas de ensueño, descubre esta joya de la Costa Brava

Sin tener que viajar muy lejos tenemos a nuestro alcance otra joya de la maravillosa Costa Brava, el lugar perfecto para sumergirse en la historia, disfrutar de la naturaleza y deleitarse con la exquisita gastronomía local.

Tossa de Mar
Vista de la Playa Gran de Tossa de Mar, con sus murallas medievales al fondo, un rasgo distintivo de esta espectacular población de la Costa Brava.

"Paraíso azul". Así es cómo describió esta localidad Marc Chagall, un pintor ruso y francés de origen judío, tras visitar Tossa de Mar, probablemente asombrado por el agua cristalina del agua y la luz de su cielo. No iba desencaminado, pues a poco más de hora y media de Barcelona se encuentra este espectacular y paradisíaco pueblo costero de la Costa Brava.

Tossa de Mar, un tesoro medieval en plena Costa Brava

Estamos hablando de un pueblo que lo tiene todo, porque más allá de sus calas recónditas, alberga en su interior unas murallas medievales que se construyeron en el siglo XII, que en la actualidad son uno de los pocos ejemplos de fortificaciones costeras que se conservan en el Mediterráneo.

Estas murallas, que encierran el casco antiguo, fueron construidas para proteger el pueblo de las incursiones piratas. Hoy en día, las murallas y sus torres de vigilancia, como la Torre d'es Moros, ofrecen vistas panorámicas espectaculares del mar y la ciudad, siendo un punto de referencia emblemático.

Este espectacular núcleo medieval fortificado, situado en la espectacular Costa Brava, fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931 .

Si las murallas son espectaculares, también lo es el casco antiguo del pueblo, La Vila Vella, que esconde lugares donde el tiempo parece haberse detenido. Este barrio amurallado es un laberinto de calles empedradas, estrechas y sinuosas, llenas de encanto y historia, con casas de piedra, balcones floridos y pequeñas plazas que mantienen la esencia de la época medieval.

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Entre los puntos de interés de este barrio se encuentra la iglesia de Sant Vicenç, un edificio gótico del siglo XV que domina el casco antiguo. También es imprescindible visitar el faro de Tossa, situado en lo alto del promontorio de la Vila Vella, desde donde se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del litoral y del mar Mediterráneo. El faro alberga además un museo donde se puede aprender sobre la historia marítima de la región.

Playas y calas de ensueño con aguas turquesas

Además de su rico patrimonio histórico, Tossa de Mar también es famosa por sus playas de ensueño. La Playa Gran, situada en el corazón del pueblo, es la más conocida y frecuentada, pero para los que buscan un poco más de privacidad y un entorno más natural, Cala Pola y Cala Giverola son dos calas cercanas que ofrecen un ambiente más tranquilo y virgen.

Cala Giverola
Vista aérea de Cala Giverola, que como todas las playas de la zona, está rodeada de acantilados y vegetación mediterránea, y se puede llegar a ella a pie y en barco.

Otra playa que es visita obligada es la Cala Llevadó, conocida por su paisaje espectacular y sus aguas turquesas. Esta playa es perfecta para quienes disfrutan del contacto directo con la naturaleza y desean explorar las maravillas del litoral catalán.

Un destino cultural y gastronómico

Tossa de Mar no solo es ideal para los amantes de la historia y la playa, sino también para los apasionados de la cultura y la gastronomía. El pueblo organiza varios eventos culturales durante el año, como festivales de música, teatro y cine, siendo el Festival de Cine de Tossa de Mar uno de los más destacados.

Y si hablamos de gastronomía, uno puede encontrar allí numerosos restaurantes y bares donde se pueden degustar platos típicos catalanes y mediterráneos, como el suquet de peix, además de pescados y mariscos frescos, aceite de oliva y vinos locales, ofreciendo una experiencia culinaria inolvidable.