Un grupo de turistas a punto de ser alcanzados por un 'tsunami'

En este caso no medió un terremoto, sino el desprendimiento de hielo de un glaciar. El choque con el agua produjo una secuencia de grandes olas que estuvo a punto de alcanzar a un grupo de turistas en Islandia.

El domingo un grupo de turistas se llevaron un buen susto en Islandia. El lago Jökulsárlón cada día acoge centenares de visitantes que buscan inmortalizar el imponente glaciar Breiðamerkurjökull. Normalmente la estancia es tranquila pero hace un par de días, de repente, el silencio se rompió con un crujido y el hielo, resquebrajado, empezó a caer en la laguna. Primero pegó un buen salpicón; después el agua fue ondulándose hasta trazar grandes olas que, en cuestión de segundos, golpearon la zona donde estaban los turistas. Afortunadamente, alguien dio la voz de alarma y pudieron escapar del ‘tsunami’ a tiempo.

Estos ‘tsunamis’ son un riesgo con el que cada día conviven miles de visitantes en Islandia, la Patagonia o Noruega. Hace unos meses un estudio concluyó que el calentamiento global está aumentando la cadencia y magnitud de estas olas. Los glaciares están retrocediendo y así exponen multitud de laderas inestables al riesgo de derrumbe. Las olas afectan a zonas adyacentes, no van mucho más allá, pero pueden alcanzar tamaños colosales. El 17 de octubre de 2015 el glaciar Tyndall derramó súbitamente 180 millones de toneladas de rocas al fiordo Taan, en Alaska. El impacto con el agua generó un enorme tsunami que alcanzó zonas situadas hasta 197 metros por encima del nivel del mar.

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