Filomena fue tan grotesca que muchos aún temen su vuelta en 2022
Hace justo un año, el interior peninsular se preparaba para recibir la mayor nevada de su historia de la mano de la Borrasca Filomena, la que, de manera excepcional, cubrió de un manto copioso de nieve a numerosas ciudades españolas.
A pesar de que la borrasca Filomena fue la sexta borrasca de gran impacto que azotó a España en la temporada 2020-2021, destacó frente al resto por la gran nevada que propició, tanto en extensión como en espesor, en el interior peninsular entre los días 8 y 9 de enero de 2021. Según las diversas estimaciones, las acumulaciones de nieve oscilaron entre los 30 y 50 centímetros, dándose los máximos en Madrid capital y alrededores, algo totalmente inusual.
Por si con la nevada fuera poco, tras desaparecer la borrasca y despejarse los cielos, se inició una ola de frío que también fue considerada histórica por los registros alcanzados.
Así fue el paso de Filomena
En realidad, la borrasca Filomena se formó unos días antes de llegar a España en el interior del este de los EE.UU concretamente entre los días 1 y 2 de enero de 2021. Tras su gestación, se desplazó hacia el noreste y el día 3, ya completamente formada, entró en el océano Atlántico. Durante los días posteriores, se dirigió rápidamente hacia nuestras latitudes y cuando alcanzó el centro del Atlántico, el día 5, fue nombrada Filomena por parte de la AEMET.
Durante las 48 horas siguientes Filomena se desplazó rápidamente hasta situarse sobre el archipiélago canario, en este recorrido entró en aguas más cálidas y se reforzó. El día 7 de enero, Filomena dejó lluvias, viento y nieve en las cumbres canarias, principalmente en el Teide y en el Roque de los muchachos.
Tras abandonar las islas, la borrasca se desplazó rápidamente hacia la península, donde se había instalado, desde hacía dos semanas, un flujo de aire polar muy frío que había llevado las temperaturas a valores muy bajos, con mínimas por debajo de 0 ºC en prácticamente todo el territorio, y valores de hasta -16 ºC en algunos puntos.
En consecuencia, al llegar la borrasca Filomena a la península, el aire cálido y húmedo que traía interactuó con el aire muy frío y, de Andalucía hacia el norte, toda la precipitación se dio en forma de nieve, con un espesor excepcionalmente grotesco, con un media de entre 30 y 50 cm en gran parte del territorio.
La gran capa de nieve depositada en el suelo junto con el establecimiento de un anticiclón centrado en la Península durante la siguiente semana, provocó una ola de frío igualmente excepcional desde el lunes 11 hasta el domingo 17 y en la cual se batieron récords de temperatura mínima, con registros de hasta -26.5 ºC en Torremocha de Jiloca, Teruel.
¿Puede volver a ocurrir una Borrasca como Filomena?
Según los expertos, el temporal de nieve de Filomena y su posterior episodio de bajas temperaturas en el centro de España tiene un carácter excepcional. La posibilidad de que vuelva a ocurrir un fenómeno de tal magnitud es de medio siglo o más.
¿Podemos relacionar este fenómeno con el cambio climático?
A pesar de la falsa creencia que existe en la actualidad respecto a que el cambio climático sólo puede provocar un ascenso de las temperaturas o un aumento de las olas de calor, sí. El cambio climático puede generar eventos extremadamente extraordinarios, y no siempre relacionados con el calor, sino también puede provocar olas de frío y duras borrascas invernales.
Según los expertos, la posible relación entre el cambio climático y el posible aumento de la frecuencia de este tipo de nevadas se puede encontrar indirectamente a través del fenómeno denominado calentamiento súbito estratosférico (CSE). En este evento, la estratosfera polar del hemisferio norte se calienta drásticamente, provocando un desplazamiento de borrascas y frentes asociados hacia latitudes más bajas. Aunque aún está por confirmar la relación entre el origen de Filomena y este CSE, existen similitudes entre la situación generada tras un CSE y la situación atmosférica en la que se produjo Filomena.