'Tormentas de guerrilla': posible enemigo para los Juegos de 2020
Investigadores japoneses han desarrollado un nuevo sistema de predicción para los fuertes y repentinos aguaceros locales que ocurren a menudo en el país, popularmente conocidos como “tormentas de guerrilla”.
Cuando hablamos de desastres naturales graves, uno de los primeros países que nos vienen a la mente es Japón. Terremotos, deslizamientos de tierra, inundaciones y tsunamis son los principales desastres a los que se enfrentan, pero en los últimos años ha surgido una nueva preocupación, especialmente entre el gobierno local, donde las catástrofes relacionadas con el clima y el tiempo son de extrema prioridad.
Objetivo: pronosticar las “tormentas de guerrilla” para los Juegos de Tokio de 2020
Pronosticar unas inesperadas e intensas tormentas locales para evitar, así, posibles desastres es la idea, pero uno de los principales objetivos que tiene el gobierno de Japón ante este proyecto es evitar un desastre todavía mayor durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio de 2020. Los organizadores ya han mostrado su preocupación ante la posibilidad de experimentar algún tipo de fenómeno meteorológico extremo y, para ello, los investigadores japoneses han desarrollado un nuevo sistema de predicción de tormentas que están ya poniendo en práctica.
Un sistema que combina un nuevo tipo de radar meteorológico, capaz de producir un mapa en 3D de una nube en 30-60 segundos; y unas ondas de radio digital terrestre, las cuales estiman la cantidad de vapor de agua que hay en el aire. Es una herramienta muy potente que permite mejorar las predicciones, tanto en precisión como en tiempo de pronóstico. También sirve para prevenir posibles inundaciones y pérdidas humanas, económicas y de infraestructuras. Por no mencionar el beneficio diario que algunos expertos ya han detectado entre bromas: meter la ropa en casa antes de que llueva.
El 30% de la población de Tokio vive por debajo del nivel del mar
Las “tormentas de guerrilla”, en inglés “guerrilla rainstorms” -una de las expresiones de moda que utilizan los japoneses-, son fuertes y repentinos aguaceros locales que pueden ser de tal virulencia y rapidez en formarse que no son posibles de pronosticar con la suficiente antelación como para poder evitar un desastre. Las inundaciones, por tanto, son una de las principales consecuencias que pueden desencadenarse tras este fuerte aguacero y las que pueden realmente formar una gran catástrofe.
En 2015 ya se advirtió que la predicción de precipitaciones repentinas y torrenciales debía de ser una de las principales prioridades del país, ya que alrededor del 30% de la población de Tokio vive por debajo del nivel del mar, y en caso de inundación las consecuencias podrían ser incontables.
Desde entonces, y viendo los diferentes episodios de desastres naturales ocurridos a lo largo del tiempo en el país, el país ha creado sistemas de alerta temprana y sistemas de mitigación de desastres, realizando regularmente simulacros de emergencia, especialmente en las escuelas. Además, han distribuido “mapas de peligro” que informan a la población de si sus localidades están o no sujetas a inundaciones. Medidas que, combinadas con este nuevo sistema de predicción de tormentas, garantizan a la población poder evacuar sus viviendas cuando se da un aviso ante tal fenómeno.