El tiempo extremo a finales de diciembre, ¡desde nieve hasta tornados!
Si bien el tiempo normal a finales de diciembre viene caracterizado por el intenso frío, las heladas y la nieve, una consulta a las efemérides meteorológicas permite comprobar cómo en esta época del año se pueden producir episodios muy variados, como los que os mostramos a continuación.
Los últimos días del año se suelen caracterizar por tener un tiempo invernal, marcado por el intenso frío, las heladas y también las nevadas, si bien estas últimas varían mucho de unos años a otros. Puede coincidir un final de año de tiempo anticiclónico en el que se encadenen varios días sin nevar, o por el contrario, que irrumpa un fuerte temporal de invierno que deje abundantes nevadas. La blanca Navidad que proclaman no pocos villancicos, no deja de ser –al menos en estos últimos tiempos– más fruto de la casualidad que una circunstancia con alta probabilidad de ocurrencia.
Si damos un rápido repaso al refranero del mes de diciembre, comprobamos, por un lado, que las referencias a los distintos elementos que caracterizan al invierno no faltan en él (“En diciembre hielos y nieves, si quieres buen año al que viene”, “Diciembre tiritando, buen enero y mejor año”, “El mes de la Pascua se vive junto al ascua”). Abundan los refranes que dejan clara la importancia que tiene que haga frío en diciembre. Por otra parte, también son llamativas las alusiones a circunstancias anómalas, relativamente corrientes a finales de año, lo que nos da idea de la alta variabilidad que presenta el tiempo en estas fechas.
Para verificar esto último, nada mejor que consultar las efemérides meteorológicas que desde hace muchos años recopila y actualiza la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Seleccionando el 27 de diciembre, comprobamos que tal día como hoy han ocurrido en España episodios meteorológicos extraordinarios de todo tipo; alguno de los cuáles se aleja bastante de la idea que nos viene a la cabeza cuando pensamos en el tiempo "normal" de finales de diciembre (frío, heladas, nevadas).
Vayamos primero con una efeméride que, aun siendo extraordinaria, encaja con lo que cabe esperar estos días. Se remonta al siglo XIII. Sabemos por fuentes documentales antiguas que el 27 de diciembre de 1235 se iniciaron en Cataluña unas grandes heladas que destrozaron casi todos los árboles, muriendo innumerables animales y también personas. Parece evidente que se trató de una ola de frío. En las invasiones de aire gélido que ocurrieron en febrero de 1956, gran parte de los olivos de Cataluña no lograron sobrevivir a las bajísimas temperaturas, lo que nos da una idea aproximada de lo que pudo acontecer 700 años antes.
Inundaciones catastróficas en el litoral mediterráneo
Tampoco faltan en las efemérides meteorológicas inundaciones catastróficas. Encontramos dos ocurridas un 27 de diciembre. Lo curioso es que tuvieron lugar en la fachada mediterránea; en particular, en tierras valencianas y murcianas, que es algo relativamente común en los meses otoñales, pero no tanto a finales de año, cuando las crecidas son más frecuentes en los ríos del norte peninsular, con el Ebro como principal receptor de aguas provenientes de la fusión de nieve y de las lluvias abundantes. El 27 de diciembre de 1860 se produjeron inundaciones en la cuenca del río Júcar,y el 27 de diciembre de 1944 en la del Segura; en ambos casos catastróficas.
El viento tampoco falta, con temporales duros... e incluso tornados
Los temporales marítimos, con vientos muy fuertes y muy mal estado del mar, no acontecen todos los años justo en estas fechas, pero no escasean las referencias a ellos en las efemérides meteorológicas. Para el caso particular del 27 de diciembre, tal día como hoy de 1999, al paso de la profunda borrasca Martin –asociada a un proceso de ciclogénesis explosiva–, se alcanzó en el observatorio de Santander una racha de viento de 172 km/h y en el aeropuerto de la ciudad una de 167 km/h. En fechas más recientes (27-12-2017), se alcanzó una racha de 139 km/h en Serra d'Alfàbia, en el norte de Mallorca, con olas de hasta 5 metros en la costa balear.
De todas las efemérides que estamos comentando, quizás la más llamativa es la documentada en Sevilla el 27 de diciembre de 1978. Aquel día –leemos en la información que proporciona AEMET– un tornado afecta al aeropuerto con una racha de 89 km/h. Causa daños a más de 75 automóviles, voltea un avión DC-4 aparcado y destruye diversas estructuras metálicas, tejados y árboles robustos.
Sirva este pequeño repaso para comprobar que el tiempo extremo a finales de diciembre puede ser muy variado y relativamente habitual, no ajustándose necesariamente a lo que cabría esperar para estas fechas. De momento, la situación meteorológica en los últimos días del 2020 estará condicionada por la borrasca Bella y una sucesión de entradas de aire polar.