Estrella de Belén: la verdadera historia del astro que guió a los Reyes Magos

El misterio de la Estrella de Belén ha fascinado a creyentes y científicos durante siglos. ¿Un cometa, una supernova o un fenómeno astronómico? Exploramos las teorías más intrigantes.

Los Reyes Magos y la Estrella de Belén
La Estrella de Belén, un símbolo del cristianismo, dirigió a los Reyes Magos hacia el sitio donde nació Jesús. Es emblema de orientación, y suele formar parte de las decoraciones navideñas tradicionales.

En numerosas culturas, los mitos y relatos religiosos están profundamente vinculados al firmamento. Uno de los más conocidos proviene de la tradición cristiana y podría encontrar una interpretación basada en fenómenos astronómicos. Nos referimos al icónico astro que habría guiado a los Reyes Magos hacia el lugar donde nació el Salvador, Jesucristo: la emblemática Estrella de Belén.

Aunque este relato forma parte de una tradición que carece de evidencias científicas que la respalden, durante siglos la Estrella de Belén ha despertado el interés de astrónomos y estudiosos.

Según el relato recogido en el Evangelio de San Mateo, los sabios de Oriente, conocidos como los Reyes Magos, emprendieron su viaje siguiendo la luz de este enigmático astro. Al llegar al humilde establo donde yacía el Niño Jesús, le ofrecieron valiosos presentes: oro, incienso y mirra.

Aunque este relato forma parte de una tradición que carece de evidencias científicas que la respalden, durante siglos la Estrella de Belén ha despertado el interés de astrónomos y estudiosos. Todo ellos han tratado de descifrar su origen desde una perspectiva científica.

¿Era la Estrella de Belén un cometa o una supernova?

Algunos especialistas consideran que podría haber sido un fenómeno estelar, un punto brillante en el firmamento que habría guiado a los Reyes Magos en su travesía. Una de las hipótesis más destacadas proviene del astrónomo Johannes Kepler, quien en el siglo XVII sugirió que se podía tratar de una nova o supernova, es decir, la explosión de una estrella que genera un brillo intenso visible durante un periodo limitado.

Sin embargo, esta idea presenta una gran debilidad: si hubiera tenido lugar una supernova hace más de dos milenios, hoy se tendrían registros de emisiones de radiación electromagnética que confirmarían su existencia. Pero, hasta la fecha, no se han encontrado pruebas que respalden la presencia de un evento de este tipo en tiempos tan recientes.

Otra teoría ampliamente debatida señala que la Estrella de Belén podría haber sido un cometa, tal como lo retratan muchas obras de arte de la época. Pero esta explicación también tiene sus pegas, ya que el cometa Halley, el único documentado cercano a esos años, fue avistado en el año 12 a. C., un periodo que no coincide con la cronología tradicional del viaje de los Reyes Magos hacia Belén.

La teoría de la conjunción planetaria

Una de las teorías más aceptadas sobre la naturaleza de la Estrella de Belén es que podría haber sido una conjunción planetaria. Este fenómeno ocurre cuando dos planetas se alinean de tal forma que, vistos desde la Tierra, parecen fusionarse en un solo punto luminoso en el cielo.

Estrella de Belén
La Estrella de Belén aparece únicamente mencionada en el primer libro del Nuevo Testamento, el Evangelio de San Mateo.

Entre los años 2 y 3 a. C., se documentaron varias conjunciones planetarias significativas, como la de Saturno con Mercurio, Venus con Júpiter o incluso Venus con Mercurio. Este tipo de eventos ha llevado a numerosos astrónomos a respaldar la hipótesis. Además, el propio Papa Benedicto XVI indicó en su obra “La infancia de Jesús” que una conjunción planetaria habría guiado a los Reyes Magos hacia el lugar del nacimiento de Cristo.

El astrónomo George Banos presentó, en 1979, su teoría en la que explica que la Estrella de Belén fue el planeta Urano. Banos sugirió que los magos no siguieron ninguna estrella sino que en realidad descubrieron Urano 1,800 años antes que William Herschel.

No obstante, los cálculos astronómicos actuales, mucho más precisos que los disponibles hace siglos, sugieren que las distancias entre los planetas no habrían sido lo suficientemente cercanas como para crear un brillo tan extraordinario que destacara notablemente entre las estrellas visibles del firmamento.

La teoría más reciente sobre la Estrella de Belén

Otra de las posibles explicaciones sobre la Estrella de Belén apunta hacia Sirio, la estrella más brillante del cielo nocturno a finales de diciembre. Este astro, con un brillo que supera en 20 veces al del Sol y una masa aproximadamente el doble, destaca claramente junto a la Luna durante esas fechas.

Visible cerca del cinturón de Orión, Sirio ha sido considerada una guía celeste durante siglos. De hecho, su nombre en latín, Sirius, significa “aquella que brilla”, y muchos navegantes en el hemisferio norte confiaron en ella para orientarse en la oscuridad. Algunos astrónomos han planteado que esta estrella pudo ser el faro celestial que los Reyes Magos siguieron en su camino hacia Belén.

Sin embargo, entre las múltiples teorías, surge una perspectiva alternativa: la posibilidad de que la Estrella de Belén no fuera un evento astronómico real. Dado que ninguna de estas hipótesis encaja por completo con los detalles descritos en el Evangelio de San Mateo, hay quienes consideran que esta historia podría ser simplemente una narración simbólica, sin fundamento científico alguno.