Temperaturas otoñales, pero poca lluvia

Durante los últimos días habrán notado el descenso de las temperaturas que se ha dejado sentir en todo el país, lo que ha supuesto que en algunas zonas hayan tenido que usar las mangas largas y las chaquetas por primera vez en este otoño. También en ciertas parte del país la meteorología ha sido noticia de portada en medios de comunicación de ámbito regional. Sin duda lo más destacado han sido las lluvias intensas que han afectado a algunas zonas de la isla de La Palma, con registros de precipitación superiores a los 200mm y algunas inundaciones; pero no podemos obviar tampoco los más de 100mm que se han acumulado en algunas zonas muy puntuales de Baleares o las nevadas, de cierta importancia, que han caído en los Pirineos o en las zonas altas de la Cordillera Cantábrica.

Sin embargo, se han tratado de fenómenos muy puntuales y, como en el caso de La Palma, con más daños que beneficios. Buena parte de la Península sigue sumida en una preocupante situación de sequía, y por ahora las precipitaciones han sido más bien escasas en las cabeceras de los grandes ríos de nuestro país. Las perspectivas por ahora no son nada halagüeñas a corto y medio plazo, aunque no hay que olvidar que estamos en otoño y que en esta época del año las previsiones pueden cambiar rápidamente.

Durante los próximos días nos seguirán afectando masas de aire polares o árticas marítimas, predominando el viento del norte, lo que se traduce a precipitaciones restringidas en el Cantábrico, Galícia, algunas zona de Baleares y Pirineos, con chubascos algo más débiles en la Ibérica o en el Sistema Central, mientras que en el resto de la Península esperamos 4 gotas o ni eso. Y es que estas masas de aire pierden humedad al atravesar las cordilleras montañosas del centro y norte de la Península, por lo que en buena parte del país el ambiente es fresco, pero seco, aunque las temperaturas experimentarán altibajos en función de las masas de aire y de la componente del viento.

Al menos la situación será positiva para el Ebro, ya que se esperan precipitaciones importantes en su cabecera y en la de sus afluentes pirenaicos, sin duda un alivio. La otra cara de la moneda la constituyen el Tajo, el Miño, el Duero, el Guadalquivir, y especialmente el Segura. En algunos casos los nacimientos de estos grandes ríos están actualmente secos, al igual que bastantes embalses. Tendremos que estar pendientes de la evolución de la circulación atmosférica hacia mediados de mes para ver si tenemos alguna novedad, en un otoño que está resultando apático y atípico en cuanto a las precipitaciones, ya que en una buena parte del país es la estación más lluviosa del año.