¿Tecnología alienígena avanzada? Controversia sobre un asteroide
Hace tres años, el primer objeto interestelar fue avistado por telescopios de Hawai. El astrónomo principal de Harvard cree que es el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra dentro del Sistema Solar.
En septiembre de 2017, los astrónomos de un observatorio hawaiano vislumbraron un misterioso objeto que se deslizaba por el espacio interior del sistema solar como un asteroide. Lo denominaron Oumuamua ('primer mensajero', en hawaiano): tenía forma de cigarro y llevaba una velocidad alarmante. En un principio, los científicos descartaron la posibilidad de que tuviera origen alienígena.
Poco después salió a la luz otra teoría controvertida del astrónomo Avi Loeb, director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard. ¿Será señal de alguna civilización alienígena? ¿O parte de su basura espacial? Estos son algunos de los interrogantes que propone en su nuevo libro “Extraterrestre: el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra”, con lanzamiento a finales de este mes.
Oumuamua: ¿asteroide o aparato tecnológico alienígena?
El objeto Oumuamua, que parece venir de 'Vega', una estrella cercana a 25 años luz de distancia, interceptó el plano orbital de nuestro sistema solar en septiembre de 2017. En efecto, por su velocidad, sólo podía provenir de una estrella: no estaba limitado por la gravedad del sol.
El principal astrónomo de Harvard descarta la posibilidad de que sea un simple objeto interestelar. Con su teoría ha causado controversia entre colegas que niegan este argumento y siguen validando otros estudios.
En 2019, la revista Nature publicó un artículo donde sus autores afirman que los datos otorgan características naturales al objeto, que podría formar parte de un bloque de construcción planetario, proveniente de un sistema estelar lejano. La única incertidumbre radica en su composición. Otros científicos, en teorías más recientes, plantean que es un agregado de polvo fractal formado en un cometa extrasolar de la nube de Oort en fragmentación.
Loeb expone su punto discordante con ideas que avalan su hallazgo: no puede ser un asteroide por su alta velocidad y la extraña órbita que traza. Además, a su paso no deja rastro de gas o escombro, sino que se observa con un fuerte brillo destellante. El astrónomo considera que la lectura de su libro puede expandir nuestra visión y romper con varias percepciones equívocas sobre la humanidad, por considerarnos especiales y únicos en el universo.
Loeb determina que este extraño objeto interestelar es tecnología descartada de una civilización alienígena, en vez de un cometa. Y su inusual aceleración la atribuye a una forma distinta a la de un cigarro: posiblemente sea un disco de menos de un milímetro de grosor, con proporciones parecidas a una vela, según sus aclaraciones.
¿Habrá más vida inteligente?
Aunque sean muchos los escépticos, Loeb y el astrofísico Amir Siraj sostienen la posibilidad de que exista vida en planetas aún desconocidos. Hace millones de años, un cometa pudo haber llevado incrustada en su superficie una capa de microbios recogidos en la atmósfera de la Tierra y luego haber chocado contra otro planeta, a cientos de millones de años luz de distancia de nosotros. Existe la posibilidad de que hayan llegado con vida estos organismos y se hayan desarrollado allí. Algunas bacterias pueden sobrevivir en el espacio, ¿por qué no creer en esto?