Las Tablas de Daimiel agonizan, ¡apenas 65 hectáreas inundadas!
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, el último humedal interior de este tipo en España, vuelve a agoniza, y hoy en día prácticamente no hay agua. ¿Cuáles son las causas? ¿Hay alguna solución o el parque está condenado?
Las Tablas de Daimiel se han convertido en el último ejemplo de España de llanuras de inundación activas (tablas fluviales) en cursos medios de ríos, en este caso en concreto son los del Guadiana y Gigüela . A nivel europeo, sólo podemos encontrar ecosistemas similares en los ríos Shannon (Irlanda) y Spree (Alemania). A nivel mundial, en Asia, destacan la confluencia del Tigris y el Éufrates (Irak), y en África, sólo están presentes en el delta interior del río Okavango (Botsuana).
La historia reciente del parque ha estado envuelta por la polémica, amenazado con desaparecer debido a la presencia de un gran número de pozos ilegales, por el boom del regadío y a desecaciones del terreno. Gracias a la presión popular fue declarado Parque Nacional en 1973. Sin embargo, en los últimos años se está volviendo bastante frecuente que este ecosistema de gran valor agonice durante varios meses.
Las Tablas de Daimiel, en estado crítico
Las condiciones meteorológicas de las últimas semanas en la zona han favorecido un rápido descenso de la superficie inundada por la alta evaporación. Este sector de La Mancha no se ha visto afectado por las tormentas de las últimas semanas, que además han sido de carácter muy irregular. La situación actual es desoladora, ya que prácticamente no hay agua en las tablas.
La superficie inundable del parque supera las 1.700 hectáreas, y en estos momentos apenas hay 60 cubiertas por el agua, lo que supone un 3% aproximadamente. Por primera vez en dos décadas, se han tenido que suspender las visitas guiadas al parque, donde los turistas se han reducido drásticamente en las últimas semanas. De nuevo, las Tablas de Daimiel están en un momento crítico.
¿Cómo se ha llegado a este punto?
Todo parece indicar que al Parque Nacional le espera un futuro muy complicado. Se está observando un importante descenso de la pluviometría de los grandes ríos peninsulares, entre ellos el Guadiana, que es el principal curso que aporta agua a las Tablas de Daimiel. Pero no es el único factor que explica que esta situación se vaya repitiendo cada vez más a menudo.
No hay que olvidar que el Guadiana aflora aguas arriba de las Tablas de Daimiel. Hasta hace pocas décadas, lo hacía en los archiconocidos "Ojos del Guadiana". Estas surgencias son puntos de descarga del gigantesco acuífero 23, un embalse subterráneo de 5.000 kilómetros cuadrados, que durante décadas ha sido sobreexplotado de forma descontrolada, y se estima que existen más de 23.000 pozos que extraen el agua del acuífero, mucho de ellos de forma ilegal.
Un futuro poco alentador
Por tanto, las Tablas de Daimiel dependen casi exclusivamente de la lluvia, y esta se está reduciendo de forma significativa... Los pozos de emergencia se abrieron en primavera, pero la superficie anegado descendió rápidamente con la llegada de las altas temperaturas. Algunos apuestan por mantener el parque con el agua del trasvase Tajo Segura o de la Tubería Manchega.
No obstante, estas soluciones son parches. La única forma de recuperar el parque es apostar por una gestión racional y sostenible de los recursos hídricos de la zona, aunque el acuífero 23 tardará tiempo en recuperar su nivel freático original, y eso si lo hace, cosa que parece muy poco probable. Ni en 2009, cuando ardió la turba del subsuelo de las tablas, había tan poca agua. Y esto también está teniendo repercusiones muy negativas en la economía local y en la flora y fauna.