Solo pasa en noviembre, diciembre o enero: arcoíris en el mediodía, ¿por qué ahora si se ven?
En pleno invierno, un arcoíris al mediodía es un espectáculo inusual pero explicable. Descubre por qué en estos meses pueden producirse estos fenómenos ópticos al mediodía.
Cuando pensamos en arcoíris, generalmente los asociamos con lluvias de verano o tardes soleadas después de una tormenta.
Sin embargo, en los meses de noviembre, diciembre y enero también podemos ser testigos de un fenómeno igualmente fascinante: arcoíris visibles al mediodía. ¿Por qué ocurren precisamente en esta época del año y qué condiciones los hacen posibles?
La clave está en la inclinación del Sol
La posición del Sol en el cielo es un factor determinante para que los arcoíris puedan formarse y, sobre todo, ser visibles en horarios poco usuales como el mediodía.
Durante los meses de invierno en el hemisferio norte, el eje de la Tierra está inclinado de tal manera que el Sol permanece más bajo en el cielo incluso al mediodía. Esto permite que la luz solar incida en un ángulo adecuado para que se produzcan los arcoíris.
Los arcoíris se forman cuando la luz del sol atraviesa gotas de agua suspendidas en la atmósfera. Al entrar en estas gotas, la luz se refracta, se dispersa en diferentes longitudes de onda (los colores del espectro visible) y se refleja en el interior de la gota antes de salir nuevamente hacia nuestros ojos.
En verano, cuando el sol está más alto, este ángulo no se cumple al mediodía, haciendo que los arcoíris sean imposibles de observar en ese momento.
Además de la posición del Sol, las condiciones climáticas atmosféricas del invierno también contribuyen a la aparición de arcoíris al mediodía. Durante los meses fríos, es común que se formen lluvias ligeras o nieblas con finas gotas de agua. Estas gotas son el tamaño ideal para la refracción de la luz, generando arcoíris más definidos y brillantes.
Por otro lado, tras el paso de los frentes fríos suelen despejarse los cielos en combinación con precipitaciones ligeras, creando el escenario perfecto para que los rayos del sol interactúen con las gotas de agua.
¿Por qué son tan especiales?
El hecho de que los arcoíris sean más frecuentes en las tardes o mañanas no es casualidad.
Este fenómeno es especialmente llamativo porque cambia nuestras expectativas sobre cuándo y dónde deberíamos ver un arcoíris.
Además, la luz solar en invierno es más débil debido a la mayor cantidad de atmósfera que atraviesa. Esto puede dar lugar a arcoíris con colores más suaves, lo que los hace visualmente únicos.