¿Por qué los árboles creen que ya estamos en otoño? Las hojas se caen
¿Es verano o es otoño? Por las alturas del mes en el que estamos sigue siendo verano pero, por la cantidad de hojas marrones en el suelo diríamos que el otoño ya está aquí. ¿Por qué los árboles piensan eso?
Como reacción a las olas de calor y la sequía estival, se está produciendo un deshoje en los árboles antes de tiempo. No es más que un mecanismo de adaptación y muchos ya lo hemos visto en nuestros pueblos o ciudades, realmente parece que hayamos entrado en otoño antes de tiempo.
El calor y la sequía
La BBC acaba de publicar un artículo que habla de esta situación con varios expertos del tema. Ellos advirtien que la ola de calor y la sequía han empujado a los árboles al modo de supervivencia, con hojas que caen o cambian de color como resultado del estrés hídrico que sufren y de la adaptación.
Los árboles están dando la apariencia de que el verano ha pasado pero, fisiológicamente, no responden a las condiciones otoñales. Las especies establecidas pueden resistir a la sequía y a los episodios con temperaturas extremas, pero los especímenes más pequeños que acaban de crecer pueden llegar a marchitarse y morir.
Modo de supervivencia activado
Los que vivimos en las grandes ciudades ya estamos viendo la caída prematura de las hojas de los árboles plantados muy separados unos de otros. No es más que un mecanismo de defensa. A pesar de que tenemos muchísimas horas de luz, la cantidad de agua que recibe el árbol es insuficiente por el déficit de lluvia que tenemos.
En otoño, cuando la clorofila se descompone, los flavonoides incoloros, que son un cambio secundario encargado de captar el 90 % de las radiaciones UV, se ven privados del átomo oxígeno y producen colores brillantes. Esta transformación, que consiste solo en la pérdida de un átomo de oxígeno, es la responsable de nuestra percepción de los colores del otoño.
Algunos cambios en la vida silvestre
Curiosamente, otro signo del tiempo impredecible es ver que algunos árboles dan su fruto de manera temprana. Por ejemplo, las nueces o las moras están madurando más rápido que nunca. Este es otro signo que puede significar un desastre para la vida silvestre, ya que muchos animales se alimentan de ellos en otoño o en una época determinada del año.
Esta situación resulta ser un peligro para todos. En cuanto a los ríos, los episodios de sequía y de calor podrían sentirse en los años venideros. La reducción del nivel del río podría reducir el tamaño del hábitat de peces, anfibios e invertebrados. Lo peor de todo es que las plantas son hábitat para los insectos y su pérdida en el ecosistema provocará pérdidas importantes en la cadena alimentaria.