Sequía extrema en Cataluña: Barcelona vive el año hidrológico más seco en al menos 110 años

La sequía empieza a adquirir tintes históricos en Cataluña. El observatorio Fabra (Barcelona) acaba de vivir el año hidrológico más seco desde que hay registros, con una serie centenaria de datos.

Pantano de Sau sequía
Pantano de Sau (Barcelona) que actualmente se encuentra al 19,9% de capacidad.

Cataluña es el punto cero de la sequía que apremia a diversas zonas de España. Desde la primavera de 2020 no se han producido episodios importantes de precipitaciones generales en esta comunidad, y la situación no ha hecho más que empeorar en los últimos meses.

El año hidrológico o pluviométrico, es una manera fehaciente de valorar el estado de las reservas hídricas y la sequía meteorológica. Comprende del 1 de septiembre al 30 de agosto y recoge en litros por metro cuadrado la cantidad de precipitación en las estaciones meteorológicas de medida. Vamos a analizar algunos datos de los análisis del Meteocat y el temps de Betevé.

Una sequía de récord

En el centenario Observatori Fabra, situado en la ciudad de Barcelona, se han registrado 288,5 l/m² en el año hidrológico 2022-2023. Es por tanto el año más seco en su serie de 110 años. La precipitación caída en Barcelona no llega ni a la mitad de la media anual habitual.

En Figueres (Alt Empordà) se han acumulado 352 l/m² lo cual también es récord con una serie de 73 años. Pese al impactante registro en la ciudad, ¡hay localidades donde ha llovido incluso menos!

En el tramo comprendido entre el Barcelonès y el Garraf la situación es “inédita” tal como lo ha descrito el Meteocat. En Sitges han caído 143 l/m² en un año lo cual representa tan solo el 29% de la media anual y es un dato directamente comparable con zonas desérticas de la península Ibérica.

En el aeropuerto de Almería, la media anual de lluvia es de 200 l/m², superior al acumulado medido en Sitges. Otras localidades que no han llegado a los 200 l/m² son Cunit (176), Canyelles (190) y Vilafranca del Penedès (191).

Solo algunas zonas del Pirineo se salvan de la sequía. En la Val d’Aran se han recogido 1014 l/m² y en algunas zonas de alta montaña hasta 1500 l/m². Fuera de estos oasis húmedos, la mitad de Cataluña ha registrado menos del 70% de la precipitación climática correspondiente.

La situación de los embalses, crítica

Según datos de la Agencia Catalana del Agua, los embalses de las cuencas internas de Cataluña han llegado al 25% de su capacidad total, un hecho directamente comparable a la sequía del 2008.

Al menos seis pantanos se encuentran por debajo del 30% de capacidad: Susqueda (23,6%), Llosa del Cavall (23,6%), Sau (19,9%) y Darnius-Boadella (17,3%).

La situación es excepcional en los pantanos de Siurana y Riudecanyes que se encuentran a menos del 5% de capacidad.

Desde el pasado 3 de agosto, más de 470 municipios se encuentran en excepcionalidad por sequía y 24 han entrado en fase de emergencia. El tope de agua por habitante es menor a 200 litros diarios y el riego agrícola está prohibido. Las lluvias de los últimos meses han retardado la declaración de la fase de emergencia en Barcelona hasta el mes de diciembre, aunque podría adelantarse si no llueve antes.

Un fenómeno habitual en el clima mediterráneo

La sequía en el clima mediterráneo es un fenómeno normal y de carácter cíclico. Existe una sequía estacional en verano que define ciertos tipos de clima Mediterráneo y a veces la situación puede alargarse durante meses o años.

Las sequías pueden explicarse por simple variabilidad atmosférica o cambios en la circulación atmosférica asociados al cambio climático. La colocación desfavorable de anticiclones y borrascas puede inhibir las precipitaciones durante largos períodos de tiempo.

En el clima mediterráneo, el otoño es la estación más lluviosa del año. Si esta reducida ventana temporal falla, es muy complicado que las otras estaciones puedan suplir el déficit. Las precipitaciones la cuenca mediterránea acostumbran a ser irregulares, a veces torrenciales y concentradas en unos pocos episodios al año. La persistencia anticiclónica puede suprimir estas breves oportunidades de ver registros pluviométricos abundantes.