Sequía en España. ¿Qué puedo hacer yo?
España se enfrenta a la peor sequía desde 1995. Además, no hay previsión de lluvias importantes para los próximos días que puedan solventar el problema. ¿Hay algo que podamos hacer ante esta situación?
A día de hoy, según el Boletín Hidrológico que se publica semanalmente, los embalses se encuentran al 37,22% de su capacidad. La misma semana del año pasado estaban al 48,17%, que tampoco era gran cosa. Es un dato muy preocupante y que ha obligado ya a aplicar restricciones de agua en casos puntuales.
Está claro que la solución pasa por una buena tanda de lluvias que sean abundantes, bien repartidas, sin provocar daños y que caigan sobre todo en las cabeceras de los ríos. A la espera de que esto suceda solo queda reducir al máximo el consumo de agua. ¿Hasta qué punto yo, como individuo, puedo aportar mi granito de arena para frenar este consumo?
¿Qué puedo hacer yo?
Empecemos por lo más básico. Ya en el colegio aprendimos que cuando nos cepillamos los dientes o mientras lavamos los platos, el grifo se tiene que cerrar. Así se tiene que actuar con todas las actividades que requieren agua durante un periodo de tiempo. También hemos aprendido lo vital que es ducharnos en lugar de llenar toda la bañera, algo completamente innecesario.
Desde hace unos años, se ha incorporado un sistema de doble descarga en las cisternas de los baños. A veces no es necesario gastar los 6 litros de agua que suele contener su depósito, sino apenas la mitad. Con una descarga de solo 3 litros es suficiente. Son pequeños inventos que poco a poco vamos introduciendo a nuestra vida diaria para evitar el derroche de agua dulce. Y así, podríamos ir ahorrando litros y litros de agua cambiando de forma ligera, sin costarnos nada, nuestros hábitos.
Cuando no podemos hacer nada
Seguro que no eres de los valientes que cuando se ducha por la mañana lo hace con el agua fría que sale al principio. Más de medio minuto suele tardar el agua en salir a una temperatura agradable. ¡La de agua que se pierde! Ya hay tecnología para acortar este tiempo, pero falta introducirla.
Luego está el agua que consumimos y no se ve. Por ejemplo, cuando comemos un huevo, por difícil que lo parezca, consumimos 200 litros de agua. ¡200 litros!
La huella hídrica
Todo lo que consumimos necesita agua. Desde las verduras, la fruta, la carne... para su producción todo, absolutamente todo, necesita agua. La cantidad de agua dulce que se necesita, directa o indirectamente, para producir algún bien se denomina huella hídrica.
Aquí una lista de la huella hídrica de algunos productos cárnicos, según The Virtual Water Project :
- 1 kg de ternera -> 15.000 litros de agua
- 1 kg de cordero -> 6.100 litros de agua
- 1 kg de cerdo -> 4.800 litros de agua
- 1 kg de pollo -> 3.999 litros de agua
Quizá ahora, habiendo hecho este repaso, podrás hacerte una idea de las consecuencias que tienen para el planeta tus actos, y lo crucial que puede llegar a ser comer un producto u otro.
Cada vez seremos más en la Tierra y necesitaremos más comida. El consumo de agua seguirá creciendo de forma incesante para poder crear estos alimentos, exprimiendo las reservas de embalses y pantanos. Así que las sequías que se avecinan, combinadas con la forma de producir alimentos del hombre, provocarán que en un futuro no haya agua para todo si no hacemos nada para remediarlo.