Septiembre, un chollo para ir de vacaciones

El verano se ha acabado para la mayoría de nosotros, pero algunos aún disfrutan de unos días de relax. ¿Por qué son tan afortunados? No pierdas detalle.

Playa sin gente
Viajar en septiembre tiene muchas ventajas.

No solo son unos privilegiados los que ahora siguen de vacaciones por el hecho de no trabajar, sino porque septiembre tiene muchas cosas que lo convierten en un mes ideal para hacer actividades veraniegas. Incluso el calendario nos lo recuerda: ¡hasta el 23 de septiembre sigue siendo verano!

Puede parecer un poco duro tener que trabajar casi todo el verano para poder tener unos días en este mes, pero la recompensa puede ser casi mayor que tener unos días en julio y agosto. Motivos no hay pocos. Vamos a ver algunos.

El tiempo, más llevadero

Los meses de julio y agosto suelen dejarnos temperaturas a veces demasiado altas. El cuerpo humano sufre a más de 40 grados y evitamos salir de casa en estas situaciones por la incomodidad que supone. Lo mismo ocurre de noche. Las famosas noches tropicales, en las que las temperaturas no bajan de los 20 grados, hacen que conciliar el sueño a veces sea la principal pesadilla.

En septiembre esto cambia. Las noches empiezan a ser más frescas, algo que se agradece y nos encanta. Se puede dormir mejor. Además, el calor de día ya no es un agobio. Lo mejor es que las temperaturas son aún suficientemente altas para permitirnos un día de baño, con valores que siguen superando los 30 grados, pero lejos de los 40. ¿No es genial? Eso sí, no podremos evitar algún que otro día de lluvia, porque septiembre también tiene esto.

La temperatura del agua, en su mejor punto

Los que empiezan las vacaciones en junio se habrán dado cuenta de lo fría que está el agua del mar. Incluso en algunos sitios, en julio aún se resiste a subir. Hasta agosto no llegamos a una temperatura suficientemente alta para no pasarlo mal al entrar en el agua. Siempre con excepciones, claro. En el norte, el agua casi siempre está fría, pero también se nota la diferencia.

A finales de agosto y principios de septiembre el agua del mar está a la temperatura más alta de todo el año. Ha tenido muchas semanas para calentarse. El agua tiene una elevada capacidad calorífica. Eso significa que cuesta calentarla, pero a la vez, luego retiene muy bien el calor. En este momento del año es cuando mejor se está dentro del agua.

Horas de luz

A finales de junio y en julio es cuando más horas de sol tenemos. Esto no podemos discutirlo, y nos gusta. En agosto ya se empieza a hacer evidente que el sol se pone un poco antes, así como sale un poco más tarde cada día que pasa.

Padre y niña en la playa
En septiembre las playas tienen menos gente.

Es cierto que estos días de septiembre estamos perdiendo casi 3 minutos de sol al día, pero aún disfrutamos de muchísimas horas de luz para poder aprovecharlas. El mínimo de horas de sol no llega hasta diciembre.

Precio

Viajar en julio y agosto es caro. Si no lo organizamos con antelación, el precio que tendremos que pagar es mucho más alto que el del resto del año. Así, septiembre se convierte en una buena opción económica para hacer ese viaje que tanto habíamos soñado.

Pero ojo. La temporada alta de precios, en algunos lugares, ya se alarga a los primeros días de septiembre. Es evidente que la demanda sigue siendo alta por la bonanza meteorológica de la que aún se puede disfrutar.

Otros factores a tener en cuenta

No podemos olvidarnos de otras cosas que convierten septiembre en un buen mes para las vacaciones. Las familias van volviendo a sus casas y los lugares de veraneo están cada vez menos concurridos. La afluencia de veraneantes que hay en julio y agosto hace que más que vacaciones, los días de descanso se conviertan a veces en un agobio.

También hay un factor psicológico. Mientras la gente ya vuelve a sus trabajos, el que tenga unos días en septiembre sentirá cierto placer al saber que él no está en su oficina. Sucede algo parecido al que no trabaja los lunes. La vuelta al trabajo en septiembre es una pesadilla para muchos.