¿Sabías que todas las manzanas que comemos proceden de un único lugar en el mundo?
Todas las manzanas que comemos en el mundo provienen del mismo lugar en Kazajistán. Todo un pueblo rinde culto a las manzanas y está orgulloso de ser el lugar de su origen.
Les damos a las manzanas un valor muy especial, casi místico. Es el fruto prohibido que nos sacó del paraiso, tal como relata la Biblia. También tiene su fama por -supuestamente- caer sobre la cabeza de Isaac Newton y ayudarle a concebir la teoría de la gravedad. O fue el fruto que puso Guillermo Tell sobre la cabeza de su hijo para dispararle con una ballesta desde 100 pasos de distancia y liberarse de una condena a muerte. Como sea, la manzana es un fruto con historia e historias.
Muchos creen que proviene de América del Norte, pero esto no es asi, ya que llegó a América recién en el siglo XV. Lo cierto es que las manzanas son autóctonas de Asia, del actual Kazajistán, al este del Mar Caspio. Y exactamente de una ciudad específica, que se llama Almaty. Para prueba, su nombre que significa “padre de las manzanas”. La ciudad está en el sur del país, muy cerca de la frontera con Kirguistán.
Se calcula que hace aproximadamente 750 000 años, los recolectores de alimentos del Paleolítico en lo que se denomina como Kazajistán, en Asia Central, descubrieron manzanas de cangrejo agria que crecían en el bosque. Desde hace aproximadamente 8000 años, los agricultores neolíticos de lo que hoy conocemos como Asia, cultivaban manzanas silvestres.
Más tarde, lo hicieron los egipcios en el 1300 a.C., seguido de los griegos en el 800 a.C, los romanos en el 200 a.C. que plantaron en Gran Bretaña y finalmente en el siglo XV en América con la llegada de los españoles a México y América del Sur.
De las montañas de Kazajistán al mundo
A principios del siglo XX, el biólogo ruso Nikolai Vavilov rastreó por primera vez el genoma de la manzana en un manzanar cercano a Almaty, una pequeña ciudad cuyas manzanas silvestres son casi indistinguibles de las Golden Delicious que se venden hoy en día en los supermercados. Vavilov visitó Almaty y quedó asombrado al ver que los manzanos crecían de forma silvestre, densamente entrelazados y espaciados de forma irregular, un fenómeno que no se da en ningún otro lugar del mundo, tal como explica Russian and East European Studies.
Yendo en busca del origen, el antepasado de la manzana doméstica es el Malus sieversii, que crece silvestre en las montañas Tian Shan de Kazajstán, y es en el actual Almaty donde progresó como especial original. Los científicos creen que las semillas de la manzana de Tian Shan fueron transportadas fuera de Kazajstán por aves y osos mucho antes de que los humanos las cultivaran. Cuando los humanos empezaron a cultivar y comerciar con manzanas, la Malus sieversii ya había arraigado en Siria.
Los romanos la descubrieron allí y dispersaron la fruta por todo el mundo. Cuando los modernos proyectos de secuenciación del genoma vincularon afirmativamente las manzanas domésticas con el Malus sieversii, Almaty y sus tierras circundantes fueron reconocidas oficialmente como el origen de todas las manzanas.
Como se cuenta en Atlas Obscura, las manzanas silvestres tienen distintos sabores, dependiendo de cómo polinicen las abejas las flores. Hay manzanas con sabor a miel y bayas, manzanas agrias, manzanas que saben a regaliz y algunas variedades que serían lo bastante buenas para la sección de frutas y verduras de un supermercado.
Padre de las manzanas
Lo cierto es que la ciudad de Almaty respira a manzanas. Tiene coches llenos de manzanas como esculturas, las plantas silvestres crecen por todos lados. Un mercado especial de manzanas. Y en la zona se producen manzanas de manera comercial. En los montes cercanos a la ciudad aun se conservan con mucho cuidado algunos bosques de manzanas silvestres, de cuyos ancestros provienen todas las manzanas que conocemos.
La teoria de Vavilov de que todas las manzanas domésticas podrían proceder de Almaty han sido confirmadas desde entonces por la genética moderna, tal como indica informe de la BBC Travel. Se cree que el comercio de la Ruta de la Seda esparció la fruta por todas partes, llegando finalmente a Norteamérica con los colonos europeos. A pesar de ser el primero en afirmar científicamente la asociación de Almaty con la manzana, Vavilov no fue el primero en observar la influencia de la fruta en la región. Almaty solía llamarse Alma-Ata, el nombre ruso de la ciudad, lo que significa directamente “padre de las manzanas".
Las manzanas silvestres de la zona resultan picantes, dulces y deliciosamente crujientes. Los lugareños saben que rara vez son comestibles. En cambio, las manzanas que todos comemos resultaron de un triunfo de la historia humana, de la agricultura y el cultivo.
Los kazajos están muy orgullosos con ser el origen de esta fruta. En Almaty las vallas publicitarias con imágenes de manzanas y el eslogan de la ciudad están por todos lados. También inyectan atrevidos toques de rojo en unas carreteras que, de otro modo, serían grises. En el Museo Estatal de Arte A Kasteyev, el mayor museo de arte de Kazajistán, las manzanas aparecen en óleos y esculturas de metal. A mayor escala, murales que representan la fruta adornan los laterales de los edificios.